Ucrania ha desarrollado un arsenal de misiles balísticos Hrim-2, fortaleciendo su defensa frente a Rusia con alcances de hasta 500 km.
Ucrania avanza en la producción de misiles balísticos Hrim-2
Ucrania ha alcanzado un hito significativo en su industria de defensa al confirmar la producción y almacenamiento de misiles balísticos de fabricación propia, conocidos como Hrim-2 o Sapsan. Este desarrollo, liderado por la Oficina de Diseño Yuzhnoye y la planta Yuzhmash en Dnipro, marca un paso crucial hacia la autosuficiencia militar en el contexto de la guerra con Rusia. Los misiles, diseñados para ataques de precisión, representan un avance en la capacidad de Kiev para responder a amenazas sin depender exclusivamente de armamento extranjero.
El Hrim-2, iniciado como un proyecto para reemplazar los obsoletos misiles soviéticos Tochka-U, cuenta con un alcance de entre 280 y 500 kilómetros, dependiendo de su configuración. La variante de exportación, limitada por el Régimen de Control de Tecnología de Misiles (MTCR), alcanza hasta 280 kilómetros, mientras que la versión para las fuerzas ucranianas puede llegar a 500 kilómetros. Su ojiva, con un peso de hasta 500 kilogramos, permite atacar objetivos estratégicos como bases aéreas o depósitos de suministros.
El sistema utiliza una plataforma de lanzamiento móvil montada en un chasis de ruedas, lo que facilita su despliegue rápido y ocultamiento. Esta característica, combinada con un sistema de guía que integra navegación inercial y correcciones por GPS, asegura una alta precisión, con un margen de error estimado en menos de 50 metros. El diseño del Hrim-2 permite trayectorias aeroballísticas, lo que dificulta su intercepción por sistemas de defensa antiaérea como los S-300 y S-400 rusos.
El desarrollo del Hrim-2 comenzó en 2006, cuando el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania identificó la necesidad de modernizar su arsenal de misiles. La Oficina de Diseño Yuzhnoye recibió el encargo de crear un sistema que superara al Tochka-U, con un alcance máximo de 120 kilómetros y dependiente de mantenimiento ruso. Sin embargo, el proyecto enfrentó interrupciones entre 2009 y 2010 debido a la crisis financiera global y fue cancelado en 2013. En 2011, se inició el desarrollo de la variante Hrim-2 para exportación, financiada parcialmente por un país no revelado, posiblemente Arabia Saudita.
Datos clave del misil Hrim-2
- Alcance: 280 km (ros para exportación, hasta 500 km para uso ucraniano.
- Ojiva: Hasta 500 kg, adaptable para distintos objetivos.
- Guía: Navegación inercial con correcciones GPS, precisión menor a 50 m.
- Plataforma: Lanzador móvil 10×10, con capacidad para dos misiles.
- Trayectoria: Capacidad aeroballística para evadir defensas antiaéreas.
- Desarrollo: Iniciado en 2006, con avances significativos desde 2014.
En 2014, tras el inicio de la guerra en Crimea y Donbás, el proyecto Sapsan se reactivó, aprovechando los avances del Hrim-2. En 2018, un prototipo del lanzador móvil se presentó en un desfile militar en Kiev, lo que marca un hito público en su desarrollo. Para 2019, se completaron dos unidades de lanzamiento, una para Ucrania y otra para Arabia Saudita, junto con 12 motores de cohete ensamblados por empresas ucranianas. Las pruebas exitosas en 2024 confirmaron un alcance de hasta 700 kilómetros en una configuración avanzada, superando las expectativas iniciales.
La producción en masa del Hrim-2 comenzó en 2024, tras pruebas que demostraron su capacidad para alcanzar objetivos a casi 300 kilómetros. Este logro se alinea con el aumento de la producción de misiles ucranianos, que se ha multiplicado por ocho desde 2022. La capacidad de atacar objetivos estratégicos en territorios ocupados o cercanos a la frontera rusa fortalece la posición de Ucrania en la guerra. La planta Yuzhmash, con experiencia en misiles balísticos intercontinentales soviéticos como el R-16 y el SS-18 Satan, ha sido clave para este resurgimiento tecnológico.
A pesar de los avances, la producción enfrenta desafíos. Los ataques aéreos rusos han golpeado instalaciones en Dnipro, incluida Yuzhmash, y la dependencia de componentes extranjeros complica el proceso. Sin embargo, la experiencia soviética de Ucrania en tecnología de cohetes ha permitido adaptar estos sistemas a las necesidades modernas, con potencial para integrar misiles tácticos, antiaéreos y antibuques en el futuro.
Impacto estratégico del Hrim-2 en la guerra con Rusia
El Hrim-2 otorga a Ucrania una mayor autonomía estratégica al reducir su dependencia de armas occidentales, sujetas a restricciones para ataques en territorio ruso. Su alcance permite golpear objetivos clave, como rutas de suministro o centros de mando, en zonas controladas por Rusia. En 2023, reportes indicaron que el misil alcanzó un objetivo a 700 kilómetros. La capacidad de lanzamiento desde plataformas móviles dificulta su detección, incrementando su efectividad.
El desarrollo del Hrim-2 se remonta a la experiencia de Yuzhnoye en programas soviéticos de misiles balísticos. Durante la Guerra Fría, esta oficina diseñó el R-16, el primer misil balístico intercontinental, y el SS-18 Satan, capaz de portar múltiples ojivas nucleares. Esta herencia tecnológica ha permitido a Ucrania recuperar y modernizar sus capacidades de producción de misiles, adaptándolas a las demandas de la guerra actual.
En 2016, el Hrim-2 atrajo interés de Arabia Saudita, con pruebas exitosas reportadas en el sur de Ucrania. Para 2021, el proyecto estaba al 80% de su finalización, aunque los costos aumentaron de 450 millones a $825 millones entre 2006 y 2013. A pesar de los obstáculos financieros y los ataques rusos a instalaciones clave.
El Hrim-2 se compara con el misil ruso Iskander, con capacidades similares para evadir defensas antiaéreas. Su diseño multifuncional permite transportar diversas ojivas, lo que lo hace versátil para roles defensivos y ofensivos. La producción en masa, iniciada tras pruebas en 2024, posiciona a Ucrania como un actor más independiente en el escenario militar, con la capacidad de responder a las 27,700 bombas aéreas y más de 700 misiles lanzados por Rusia solo en 2025.