En las redes sociales han circulado vídeos que muestran un sistema móvil de defensa antiaérea ruso S-300 (nombre en la OTAN SA-10 Grumble) circulando por un camino de tierra en Ucrania. La visión de una plataforma de este tipo probablemente no sea tan especial, ya que es operada por ambas partes en el conflicto en curso.
Sin embargo, lo que hace que el vídeo viral sea especialmente digno de mención es que se ha afirmado que el lanzador en cuestión fue capturado completamente intacto por las fuerzas ucranianas poco después de Año Nuevo.
S-300: ¿Qué es?
Los medios de comunicación occidentales han confirmado los detalles, pero de ser ciertos, aparentemente sería la primera vez que las fuerzas de Kiev capturan uno de los sistemas de defensa antiaérea de Moscú.
El sistema S-300 fue desarrollado inicialmente durante la Guerra Fría para la defensa de las Fuerzas de Defensa Aérea soviéticas contra ataques aéreos y misiles de crucero. También se desarrollaron variaciones posteriores de la plataforma móvil de defensa aérea para poder interceptar misiles balísticos.
El sistema S-300 fue desplegado por primera vez por las Fuerzas Armadas soviéticas en 1979, diseñado para la defensa aérea de bases militares y grandes instalaciones industriales y administrativas, así como para el control del espacio aéreo contra aviones de ataque enemigos.
Varios de ellos han sido modificados por las fuerzas rusas para realizar ataques superficie-superficie, y el S-300 ha sido uno de los sistemas de misiles utilizados para atacar centros urbanos e infraestructuras críticas ucranianas.
Tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, Ucrania mantuvo en servicio varios lanzadores S-300. Tras la invasión rusa, Kiev recibió una batería adicional de Eslovaquia, pero la captura de un sistema intacto podría reforzar aún más las defensas aéreas de Ucrania.
¿S-300 griegos para Ucrania?
A los S-300 recientemente capturados podrían unirse también un par de sistemas S-300 PMU1 procedentes de Grecia. Como se informó anteriormente, las armas habían sido suministradas a la República de Chipre durante la Crisis de los Misiles que comenzó a principios de 1997. Cuando la crisis terminó en diciembre de 1998, el gobierno chipriota transfirió sus dos sistemas de defensa antiaérea S-300 a la Fuerza Aérea Helénica de Grecia a cambio de armas alternativas. En un compromiso entre Estados Unidos y los intermediarios, el S-300 se estacionó finalmente en Creta, y ahora, 25 años después, podría dirigirse a Ucrania.
El ministro de Defensa griego, Nikos Panagiotopoulos, se comprometió a proporcionar a Ucrania los sistemas S-300 que actualmente están almacenados en Creta. A cambio, Atenas recibiría un sistema de defensa antiaérea Patriot de fabricación estadounidense.
“Si EE.UU. despliega un sistema Patriot en Creta, después de que se integre en el sistema nacional de defensa antiaérea, los S-300 podrán ser retirados”, dijo Panagiotopoulos durante un discurso el mes pasado, y añadió que “el mismo procedimiento se aplica a cualquier otro sistema ruso de defensa antiaérea que ellos (EE.UU.) quisieran enviar a Ucrania”.
Rusia no tardó en responder el mes pasado, y un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso llegó a sugerir que el Kremlin trataría de localizar todas y cada una de las armas antiaéreas.
“Consideramos muy provocativos los planes de suministrar al régimen de Kiev S-300 u otros sistemas rusos/soviéticos de defensa antiaérea que se utilizarán contra Rusia”, declaró a la prensa Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores. “Hay una completa indiferencia por parte de Grecia sobre las limitaciones internacionales al comercio de armas”.
Además de los S-300, Ucrania recibirá una batería de misiles Patriot de fabricación estadounidense, que podría ayudar a Kiev a contrarrestar los misiles y aviones no tripulados rusos, cada vez más utilizados para atacar ciudades ucranianas a medida que las fuerzas del Kremlin han ido retrocediendo en el campo de batalla.