Ucrania no recibe misiles para sus sistemas Crotale en 18 meses, debilitando su defensa aérea contra drones y misiles rusos.
Crisis de misiles Crotale agrava defensa aérea ucraniana
El diario francés Le Monde informó el 26 de mayo de 2025 que Ucrania no ha recibido misiles VT-1 para sus sistemas de defensa aérea Crotale NG en los últimos 18 meses, un vacío que ha debilitado significativamente su capacidad para contrarrestar los ataques aéreos rusos. Esta carencia, que data desde noviembre de 2023, afecta a las dos baterías Crotale donadas por Francia en 2022, diseñadas para interceptar amenazas de baja altitud como drones y misiles de crucero. La falta de suministro, según fuentes citadas por Le Monde, expone vulnerabilidades críticas en el sistema de defensa aérea ucraniano, especialmente en regiones como Odesa y Mykolaiv, donde los ataques rusos han intensificado.
Los sistemas Crotale NG, fabricados por Thales, son clave para proteger infraestructuras y ciudades ucranianas contra drones como el Shahed-136 y misiles de crucero tipo Kalibr. Cada batería consta de una unidad de adquisición y entre dos y cuatro lanzadores, equipados con misiles VT-1 que alcanzan velocidades de Mach 3.5 y tienen un alcance de 11 km. Sin embargo, sin estos misiles, los sistemas quedan inoperativos, obligando a Ucrania a depender de alternativas como los Patriot estadounidenses o los NASAMS noruegos, menos eficaces contra amenazas a baja altitud. El portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuriy Ihnat, destacó en Le Monde que esta escasez agrava las tensiones en el frente sur, donde los drones rusos explotan las brechas en la cobertura aérea.
La transferencia de los Crotale a Ucrania se formalizó en noviembre de 2022, cuando el ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, confirmó la entrega de dos baterías como parte de un paquete de ayuda militar valorado en 550 millones de euros. Estas unidades, modernizadas desde su introducción en los años 90, demostraron eficacia inicial, como se evidenció en marzo de 2023, cuando un Crotale derribó un misil de crucero ruso, según un video compartido por el ejército ucraniano. No obstante, la interrupción en el suministro de misiles VT-1 ha neutralizado su operatividad, un problema que refleja desafíos logísticos más amplios en la asistencia militar occidental a Ucrania.
El impacto de esta carencia se siente en un contexto de creciente presión aérea rusa. Según el Estado Mayor ucraniano, Rusia lanzó más de 2,000 drones Shahed en los últimos 20 días previos al 26 de mayo de 2025, estableciendo récords casi nocturnos de ataques. La efectividad de la defensa aérea ucraniana ha disminuido drásticamente, con tasas de intercepción de drones cayendo del 90% en 2024 a solo el 30% en algunas regiones. Esta situación se agrava por la escasez de misiles para otros sistemas, como el SAMP/T, que también se reporta sin municiones, según Le Monde. La dependencia de sistemas costosos como el Patriot, cuyos misiles PAC-3 cuestan hasta 4 millones de dólares, resulta insostenible para contrarrestar amenazas de bajo costo como los drones.
Datos clave sobre el sistema Crotale NG y su rol en Ucrania
- Capacidades técnicas: El Crotale NG utiliza misiles VT-1 con un alcance de 11 km y una altitud máxima de 6,000 metros, ideales para interceptar drones y misiles de crucero a baja altitud.
- Radar y sensores: Incorpora un radar Doppler de banda S (20 km), radar de seguimiento de banda Ku (30 km), cámara térmica (19 km) y cámara CCD diurna (15 km).
- Entrega a Ucrania: Francia donó dos baterías en noviembre de 2022, parte de sus 12 unidades en servicio.
- Impacto operativo: En marzo de 2023, un Crotale NG derribó un misil ruso, pero la falta de misiles desde 2023 ha paralizado su uso.
- Contexto de ataques: Rusia incrementó sus ataques con drones Shahed, lanzando 2,000 en 20 días hasta mayo de 2025.
Contexto de la asistencia militar francesa a Ucrania
Francia ha sido un aliado clave para Ucrania desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, proporcionando equipos como los obuses Caesar, misiles Mistral y los sistemas Crotale. En octubre de 2022, el presidente Emmanuel Macron anunció el envío de sistemas antiaéreos para proteger a Ucrania de los ataques con drones y misiles, tras los bombardeos rusos del 10 de octubre de ese año. La entrega de los Crotale NG se completó en dos meses, incluyendo la capacitación de operadores ucranianos. Sin embargo, la falta de suministro de misiles VT-1 desde finales de 2023 plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de esta asistencia.
El sistema Crotale NG, operativo en países como Finlandia, Grecia y Corea del Sur, es conocido por su versatilidad y capacidad para operar en entornos complejos. Su diseño permite montarlo en vehículos con ruedas o orugas, e incluso en buques, como las fragatas La Fayette de la Marina francesa. En Ucrania, las baterías se configuraron en remolques, con una capacidad de hasta ocho misiles por lanzador. La pérdida de una unidad Crotale NG en agosto de 2024, destruida por un dron FPV ruso en la región de Kursk, según el comandante checheno Apty Alaudinov, subraya los riesgos operativos y la necesidad de reabastecimiento continuo.
La escasez de misiles no es exclusiva de los Crotale. Informes de marzo de 2025, como los del diario italiano Corriere della Sera, indicaron que Ucrania también enfrentaba una grave falta de misiles Aster-30 para las baterías SAMP/T, donadas por Francia e Italia. Esta situación refleja problemas estructurales en la producción y distribución de municiones en Europa, donde los arsenales de los países de la OTAN se han visto mermados por las entregas a Ucrania. La falta de capacidad industrial para reponer rápidamente los misiles, combinada con la alta demanda en la guerra, ha generado cuellos de botella que afectan la operatividad de los sistemas donados.
La situación actual pone de relieve los desafíos logísticos de mantener una defensa aérea robusta en un conflicto prolongado. Mientras Rusia adapta sus tácticas, utilizando rutas complejas y ataques combinados con drones, misiles de crucero y balísticos, Ucrania enfrenta una presión creciente para optimizar sus recursos. La ausencia de misiles Crotale ha forzado al ejército ucraniano a priorizar sistemas menos adecuados para amenazas de baja altitud, lo que incrementa los costos operativos y reduce la eficacia general de su red de defensa.
Panorama general de la defensa aérea ucraniana
Desde el inicio de la invasión rusa, Ucrania ha diversificado su arsenal de defensa aérea con sistemas occidentales como el Patriot, IRIS-T, NASAMS y Crotale, complementando los sistemas soviéticos S-300 y Buk. Sin embargo, la intensidad de los ataques rusos, que alcanzan hasta 100 salidas diarias, ha agotado rápidamente las reservas de misiles. Un estudio de 2014 del Defense Express ucraniano estimó que Ucrania poseía más de 5,000 misiles antiaéreos al inicio de la guerra en el Donbás, pero la mayoría, diseñados para sistemas soviéticos obsoletos como el S-200, no son utilizables hoy.
La dependencia de sistemas occidentales ha generado un “zoológico” de equipos con requisitos logísticos y de mantenimiento dispares, lo que complica la interoperabilidad y la capacitación. La destrucción de una batería Crotale en 2024 y la falta de misiles para los sistemas restantes ilustran la fragilidad de esta estrategia en un contexto de guerra de alta intensidad. Mientras tanto, Rusia ha incrementado la complejidad de sus ataques, utilizando drones de bajo costo para saturar las defensas ucranianas y reservando misiles balísticos para objetivos estratégicos.
Francia, por su parte, planea reemplazar sus Crotale NG con el sistema VL MICA en el marco de su próxima ley de programación militar, lo que podría limitar aún más la disponibilidad de repuestos y misiles VT-1 para Ucrania. La creación de un fondo de 100 millones de euros en 2022 para que Ucrania adquiriera equipo francés directamente de los fabricantes no ha resuelto los problemas de suministro, según reportes de prensa. Este escenario pone de manifiesto la necesidad de una coordinación más efectiva entre los aliados de la OTAN para garantizar el flujo continuo de municiones críticas.
En el frente operativo, Ucrania ha explorado soluciones alternativas, como el uso de drones con inteligencia artificial para interceptar drones rusos, una opción hasta 50 veces más barata que los misiles antiaéreos. Sin embargo, estas innovaciones no sustituyen la necesidad de sistemas como el Crotale para proteger infraestructuras clave. La falta de misiles VT-1, combinada con la escasez de otras municiones, sigue representando un obstáculo significativo para la defensa aérea ucraniana en un momento crítico de la guerra.