Durante la feria IDEF 2025 en Estambul, la empresa estatal ucraniana Spets Techno Export presentó el vehículo aéreo no tripulado Chaklun-B 2.0.
Con un diseño modular y baja exigencia de infraestructura, el UAV se orienta a aplicaciones militares y humanitarias. Su propuesta ha captado la atención de países con amenazas asimétricas y escaso acceso a pistas de aterrizaje. El sistema permite misiones logísticas y de inteligencia sin necesidad de instalaciones complejas, lo que lo ubica entre las alternativas viables para operaciones en entornos limitados o sin infraestructura establecida.
La aeronave presenta un diseño de ala fija, con una envergadura de 3,5 metros y un fuselaje de 3,9 metros. Incorpora un motor de combustión interna y permite transportar cargas útiles de entre 20 y 35 kilogramos. Está optimizado para misiones de reconocimiento y transporte ligero en territorios disputados. Su autonomía de hasta 8 horas y su alcance mínimo de 500 kilómetros le permiten mantener operaciones en profundidad sin requerir bases cercanas.
El sistema se lanza mediante catapulta y aterriza con precisión en línea directa, lo que lo hace compatible con zonas de lanzamiento improvisadas. Su desarrollo respondió a las limitaciones logísticas observadas en el frente, bajo condiciones de combate real. Spets Techno Export diseñó esta plataforma como parte del esfuerzo nacional para renovar la flota de drones con sistemas más robustos, después de detectar deficiencias tácticas en las etapas iniciales de la guerra.
A diferencia de plataformas improvisadas o modelos adaptados, el Chaklun-B 2.0 constituye un sistema formal de doble propósito, diseñado tanto para ISR como para transporte ligero. Su configuración incorpora principios obtenidos a partir de experiencias previas y del cambio de enfoque doctrinal ucraniano hacia sistemas autónomos con funciones múltiples en el campo de batalla. Esta orientación técnica lo identifica como una solución funcional dentro del segmento de UAV tácticos.
Aunque existen plataformas similares como el RQ-20 Puma estadounidense o el Skylark III israelí, el Chaklun-B 2.0 aporta una variable estratégica adicional al combinar capacidades logísticas y de reconocimiento en una sola unidad. Su capacidad para operar sin infraestructura permite que actúe como un eslabón intermedio entre drones lanzados manualmente y UAV de mayor tamaño. Esta condición lo vincula con desarrollos como el FlyEye polaco, que también adoptó funciones múltiples tras su evolución desde el segmento táctico.
En términos tácticos, el Chaklun-B 2.0 proporciona un nodo confiable para ISR y reabastecimiento en espacios aéreos comprometidos, especialmente en zonas donde las rutas logísticas extensas presentan vulnerabilidades. En términos estratégicos, contribuye a la doctrina de descentralización y dispersión de activos, adoptada por Ucrania como respuesta a los ataques contra bases fijas y centros logísticos. Su empleo puede ampliarse a fuerzas fronterizas, unidades de operaciones especiales y defensa civil.
La participación del sistema en IDEF 2025 demuestra el progreso de Ucrania en el desarrollo de soluciones tecnológicas bajo condiciones de guerra. El UAV combina adaptabilidad táctica y viabilidad comercial, lo que amplía su utilidad como recurso en entornos de conflicto y en operaciones humanitarias. Esta propuesta representa un avance concreto en la consolidación de la base industrial de defensa ucraniana y en su integración en el mercado global de sistemas no tripulados.