La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha desplegado un escuadrón de RQ-4 Global Hawks, desde la Base Aérea de Andersen, Guam, hasta la Base Aérea de Yokota, Japón.
Según una declaración publicada por el Departamento de Asuntos Públicos de la 374ª Ala de Transporte Aéreo, el despliegue rotativo del Global Hawk en el Japón es necesario para garantizar que los aviadores puedan operar continuamente la plataforma durante los meses en que las inclemencias del tiempo en Guam puedan obstaculizar las operaciones en todo el teatro de operaciones durante la temporada de verano a otoño.
El Global Hawk sirve como un sistema de reconocimiento aéreo a gran altitud, de larga duración, pilotado a distancia y desarmado. La aeronave está diseñada para proporcionar imágenes persistentes, diurnas y nocturnas, de alta resolución y para todo tipo de condiciones meteorológicas, de grandes áreas geográficas, con una serie de sensores y cámaras integrados.
«La presencia de este personal y activos militares estadounidenses contribuye aún más a la estabilidad y seguridad regionales», dijo el coronel Cameron Pringle, comandante del Ala de Reconocimiento número 319. «Estamos agradecidos a nuestra base anfitriona y a los socios de la nación anfitriona que nos permiten proporcionar esta capacidad a los responsables de la toma de decisiones militares y civiles».
Además de apoyar los requisitos de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), el Global Hawk puede ser utilizado para operaciones de asistencia humanitaria y de socorro en casos de desastre. Una de sus misiones más notables fue el apoyo a los esfuerzos de asistencia humanitaria y socorro en casos de desastre durante la Operación Tomodachi después del terremoto y el tsunami de 2011.
Volando continuamente durante 21 días, utilizando cámaras de largo alcance e infrarrojas, el Global Hawk proporcionó a los comandantes más de 3.000 imágenes de la zona del desastre, incluidas imágenes de supervivientes que necesitaban ayuda, y el estado de la central nuclear de Fukushima Dai-Ichi, que había sido dañada por el tsunami y que suscitó la preocupación de que se produjera una fuga de radiación que inundaría la región, que ya estaba devastada.
Desde 2011, las Fuerzas Aéreas del Pacífico han desplegado el Global Hawk en la Base Aérea de Misawa, Japón, en 2014, 2015 y 2018, y en Yokota en 2017.