El USS Connecticut, submarino de ataque nuclear clase Seawolf de la Armada de Estados Unidos, volverá al servicio a fines de 2026. Inicialmente se preveía su reincorporación en 2025, pero las reparaciones en el astillero naval de Puget Sound, en el estado de Washington, se han prolongado. El sumergible sufrió graves daños estructurales en su proa durante una colisión con un monte submarino en el mar de China Meridional en octubre de 2021.
Tras el incidente, el USS Connecticut fue trasladado a Guam, luego a San Diego y finalmente a Puget Sound. Una investigación de la Armada identificó fallos en la cadena de mando y deficiencias en tareas operativas. Como resultado, el comandante Cameron Aljilani, el oficial ejecutivo Patrick Cashin y el jefe de sonar Cory Rodgers fueron destituidos. Actualmente, el submarino permanece en dique seco bajo una Disponibilidad Restringida Seleccionada de Atraque Extendido (EDSRA), proceso de mantenimiento mayor dentro del ciclo operativo naval.
Un portavoz de la Armada confirmó que los trabajos incluyen la reparación de los daños de 2021 y que el PSNS e IMF y el Comando de Sistemas Navales del mar han priorizado recursos materiales, de infraestructura y personal para atender las necesidades de la flota. La EDSRA comenzó en febrero de 2023 y, según información previa, su duración estimada era de 31 meses, lo que proyectaba la reincorporación del submarino para septiembre de 2025. Hasta el momento no se ha divulgado el costo total de las reparaciones.
El Congreso autorizó inicialmente $40 millones para reparaciones de emergencia y $10 millones para la fabricación de una nueva cúpula de proa. Sin embargo, esta asignación representa solo una fracción del costo total. Imágenes recientes muestran que el estado visible del submarino no ha cambiado de forma sustancial desde su llegada al astillero. La cúpula de sonar aún no ha sido instalada y persisten grandes secciones faltantes en el revestimiento anecoico de la vela.
La Armada enfrenta dificultades técnicas al reparar una plataforma fuera de producción. Solo existen tres submarinos clase Seawolf, uno de los cuales, el USS Jimmy Carter, es una variante especializada para misiones de inteligencia. A diferencia de ocasiones anteriores, no hay submarinos gemelos disponibles para canibalizar partes, lo que limita las opciones de reparación. La exclusividad de estos buques ha elevado su costo unitario a más de \$10.000 millones en valores de 2025.
En su solicitud presupuestaria para el año fiscal 2025, la Armada reconoció la falta de cúpulas de proa de reemplazo en su inventario y propuso adquirir una unidad adicional como medida preventiva. Los documentos señalan que la entrega tomaría más de tres años. También se contempla una revisión integral del USS Connecticut durante la EDSRA, que podría incluir mejoras estructurales o tecnológicas.
La Armada pretende completar la disponibilidad del Connecticut antes de que el USS Seawolf comience su propio mantenimiento prolongado en abril de 2026. Está previsto que el Seawolf regrese a operaciones en junio de 2029. Esta situación ha generado una brecha significativa con China en cuanto a capacidad industrial naval. El programa del futuro submarino SSN(X), considerado sucesor de la clase Seawolf, también ha registrado aplazamientos.
La Marina ha solicitado cerca de $623 millones adicionales en su presupuesto del año fiscal 2026 para continuar el desarrollo del SSN(X). El inicio de producción, que antes se proyectaba para mediados o finales de la década de 2030, ahora se prevé para comienzos de la década de 2040. En este contexto, la reincorporación del USS Connecticut a la flota resulta crítica para mantener las capacidades submarinas avanzadas de la Armada estadounidense.