El innovador submarino de ataque de propulsión nuclear clase Virginia, futuro USS Idaho (SSN-799) —el quinto buque bautizado en honor del Estado Gema—, fue comisionado en una solemne ceremonia celebrada el sábado en las instalaciones de General Dynamics Electric Boat en Groton, Connecticut. Iniciada su construcción en 2017, esta unidad se convierte en la número 26 de su clase.
“Hoy marcamos un hito histórico, ya que este es el primer buque de guerra de la Armada de Estados Unidos que lleva el nombre de Idaho en más de un siglo”, dijo Dirk Kempthorne, miembro del Comité Asesor de Encargo del USS y ex gobernador de Idaho.
“El último buque que llevó este nombre fue un acorazado, en junio de 1917. Han pasado más de 100 años desde aquel USS Idaho, acorazado número 42 de la Segunda Guerra Mundial. Hoy es un gran honor añadir un nuevo buque a nuestra flota con el nombre de USS Idaho SSN 799. Tener el privilegio de dar nombre a un buque y luego prestar apoyo al buque, a su tripulación y a sus familias para mejorar la habitabilidad a bordo… es realmente extraordinario”.
Inauguración del USS Idaho SSN-799
Siguiendo la tradición naval de estrellar una botella de vino espumoso contra la proa, Teresa Stackley, madrina del submarino, bautizó el buque con agua recogida de varios lagos de Idaho, entre ellos Pend Oreille, Payette, Henrys y Redfish.
A pesar de su condición de estado sin salida al mar, Idaho mantiene su orgullo por una destacada historia naval y sus continuas contribuciones a la flota de la Marina estadounidense. El lago Pend Oreille, sede del Destacamento de Investigación Acústica (ARD) de la Marina, representa la masa de agua más grande y profunda de Idaho.
Con una profundidad de 1.150 pies, también destaca por ser la más serena, ofreciendo un entorno ideal para pruebas acústicas sin los retos y costes asociados a las operaciones en alta mar. Según el Departamento de Defensa, esta instalación de vanguardia apoya la investigación, el desarrollo, los ensayos y la evaluación de la tecnología de sigilo acústico submarino, el diseño de propulsores, así como la calibración de transductores acústicos de tamaño normal.
El lago Pend Oreille es un pilar de la fuerza submarina estadounidense, ya que el ARD aprovecha sus propiedades acústicas, paralelas a las del océano abierto, pero con menos ruido ambiente y sin riesgo de espionaje por parte de naciones extranjeras.
Clase Virginia: La vanguardia submarina en la estrategia naval
Los submarinos de ataque de la clase Virginia, piezas centrales de la flota de la Marina estadounidense, están diseñados para operar con la misma eficacia en aguas abiertas y en entornos litorales.
Su diseño responde a la necesidad de llevar a cabo misiones de guerra antisubmarina (ASW) y de recopilación de información, ofreciendo una alternativa más rentable que los submarinos de la clase Seawolf y garantizando la capacidad de respuesta ante las nuevas amenazas marítimas del siglo XXI.
Desde que se incorporaron a la flota en 2004, los sumergibles de la clase Virginia han demostrado su capacidad para llevar a cabo cinco de las seis misiones principales descritas en la estrategia marítima de la Armada estadounidense: aseguramiento del dominio marítimo, proyección de poder, presencia estratégica avanzada, seguridad marítima y disuasión. Logran este amplio espectro de operaciones mediante una combinación de sigilo, autonomía, movilidad y potencial ofensivo.
Estos submarinos están equipados con un innovador sistema de control fly-by-wire, que mejora la maniobrabilidad en aguas poco profundas y les permite desplegar equipos de operaciones especiales, incluidos los SEAL de la Armada, gracias a una cámara de torpedos adaptable capaz de albergar una cantidad significativa de personal y equipos para misiones prolongadas y de adaptarse a futuras misiones con cargas útiles externas.
En un cambio estratégico reflejado en la propuesta presupuestaria de la Armada para el año fiscal 2025, se propone una reducción significativa en la adquisición de nuevos submarinos de la clase Virginia, pasando de dos unidades por año, como ha sido la tendencia en los últimos cuatro años, a solo una.
Este ajuste presupuestario sugiere una reorientación de las prioridades de defensa y adquisición naval, marcando un punto de inflexión en la planificación futura de la flota de submarinos estadounidense.