Venezuela activó la “fase superior” del Plan Independencia 200 y movilizó casi 200.000 efectivos y defensa antiaérea tras el ingreso del portaaviones Gerald R. Ford.
Plan Independencia 200: despliegue y objetivos de mando y control militar
Venezuela movilizó cerca de 200.000 efectivos y medios de defensa antiaérea entre el 11 y el 12 de noviembre dentro de la “fase superior” del Plan Independencia 200. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, indicó que el despliegue, ordenado por Nicolás Maduro, comenzó a las 04:00 del martes 11 y continuó hasta el día siguiente. El objetivo consistió en proteger el espacio aéreo ante una agresión extranjera con participación terrestre, aérea, naval, fluvial y misilística.
El ministerio de Defensa difundió un comunicado por VTV y definió la “fase superior” como un ejercicio orientado a optimizar el mando, el control y las comunicaciones dentro de una doctrina que incluye formas de lucha armada y no armada. Precisó que la activación respondió a órdenes directas del jefe del Estado y que las Zonas Operativas de Defensa Integral coordinaron la cobertura regional sin afectar las operaciones regulares del Comando Estratégico Operacional.
Vladimir Padrino López afirmó que participaron “casi 200.000 efectivos” y detalló prácticas de campaña, ejercicios de estado mayor, defensa de costa, desconcentración de medios y supuestos de administración de desastres. Describió un despliegue de medios terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos, categoría que en la terminología castrense venezolana abarca unidades de defensa antiaérea junto con otras capacidades. Agencias internacionales corroboraron la magnitud y destacaron la inclusión de medios antiaéreos como componente central.

La decisión coincidió con el ingreso del grupo de portaaviones Gerald R. Ford al área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos, un movimiento que Washington enmarcó en operaciones contra organizaciones criminales transnacionales. El ministerio de Defensa situó la ejecución dentro del Plan Independencia 200 y sostuvo que la acción buscó disuadir agresiones al espacio aéreo nacional ante escenarios de riesgo percibidos por la autoridad política y militar.
Puntos clave: fechas, cifras y medios movilizados
- Activación a las 04:00 del 11 de noviembre; extensión hasta el 12.
- Participación de casi 200.000 efectivos, con medios terrestres, aéreos, navales y fluviales.
- Inclusión de defensa antiaérea y componentes misilísticos como eje de los ejercicios.
- Ingreso del portaaviones Gerald R. Ford a la Cuarta Flota el 11 de noviembre.
- Inventario declarado de “más de 5.000” sistemas Igla-S de corto alcance.
Ingreso del Gerald R. Ford y contexto regional de interdicción aérea
En semanas previas, el Gobierno de Venezuela sostuvo que dispone de un parque de misiles portátiles de corto alcance para defensa antiaérea. A finales de octubre, Nicolás Maduro afirmó en una alocución que el país cuenta con “más de 5.000” sistemas Igla-S de origen ruso, desplegados en puntos estratégicos y operados por personal entrenado. Ese dato reforzó el énfasis oficial en la protección del espacio aéreo y la disuasión frente a aeronaves y vehículos no tripulados.
El 11 de noviembre, el grupo de portaaviones Gerald R. Ford ingresó al área de la Cuarta Flota, subordinada al Comando Sur y con cobertura sobre el Caribe y Sudamérica. Un comunicado de la Armada de Estados Unidos indicó que el movimiento respondió a directivas presidenciales para apoyar operaciones contra organizaciones criminales transnacionales y reforzar la seguridad en el hemisferio occidental. La acción se sumó a otras unidades navales y aéreas en el Caribe desde agosto.

De forma concurrente, medios y agencias informativas reportaron un incremento de ataques letales del Pentágono desde septiembre contra embarcaciones sospechosas de transportar narcóticos en el Caribe y el Pacífico oriental, con un saldo de decenas de muertos. Según funcionarios estadounidenses citados por la prensa, esas acciones forman parte de una campaña ampliada de interdicción marítima y aérea. Autoridades venezolanas vincularon ese contexto y describieron sus ejercicios como preventivos para resguardar infraestructura estratégica y el espacio aéreo.
Reuters informó el 11 de noviembre que mandos venezolanos preparan una respuesta de guerra irregular en caso de una eventual ofensiva de Estados Unidos, con un enfoque que prioriza tácticas de desgaste y operaciones de pequeña unidad frente a un adversario con superioridad tecnológica y logística. La difusión de esa información coincidió con la elevación de la alerta militar y con la activación de la “fase superior” del plan anunciado en septiembre.
Operaciones territoriales, defensa antiaérea y secuencia temporal oficial
La jornada incluyó la activación de Comandos de Defensa Integral en estados fronterizos y en la capital, dentro de un esquema de organización territorial que integra fuerzas armadas, milicia y cuerpos policiales. Según el cronograma difundido por canales oficiales, las actividades comenzaron a primeras horas del martes y abarcaron prácticas en regiones como Apure y Cojedes, además del Distrito Capital, con objetivos orientados a la coordinación interinstitucional y a la respuesta rápida ante escenarios de agresión.

Agencias consignaron que el ministerio de Defensa articuló el ejercicio como una ampliación del alistamiento desarrollado por Venezuela en meses previos. En octubre, los ensayos se concentraron en la protección de instalaciones petroleras, redes de energía y telecomunicaciones, mientras que en noviembre la planificación orientó las actividades hacia la defensa antiaérea y el despliegue de medios misilísticos como parte de un sistema de negación de acceso dentro de una preparación acumulativa.
En la dimensión internacional, despachos de prensa señalaron que Washington justificó el movimiento del grupo de portaaviones y de medios aéreos hacia el área del Comando Sur como una medida destinada a reforzar la interdicción de organizaciones dedicadas al tráfico de drogas y a la delincuencia transnacional. Esa posición coexistió con la de Venezuela, que calificó el despliegue extranjero como una amenaza directa, diferencia reflejada en comunicados oficiales y en la cobertura periodística.
La relación temporal quedó documentada en partes oficiales emitidos por ambos gobiernos. La Armada de Estados Unidos situó la entrada del Gerald R. Ford en el área de la Cuarta Flota el 11 de noviembre, mientras que el ministerio de Defensa venezolano informó la activación desde las 04:00 del mismo día. Associated Press indicó que las fuerzas armadas iniciaron ejercicios masivos para proteger su espacio aéreo, con foco en mando, control y despliegues antiaéreos y misilísticos.
