El presidente venezolano Nicolás Maduro firmó un decreto de conmoción externa que le confiere poderes especiales para enfrentar amenazas militares de Estados Unidos.
Maduro denuncia presencia naval estadounidense y activa poderes especiales
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, firmó un decreto de conmoción externa que le confiere poderes especiales para hacer frente a lo que el gobierno califica como amenazas militares procedentes de Estados Unidos, en un contexto donde las autoridades venezolanas han intensificado despliegues defensivos que incluyen sistemas de misiles tierra-aire y submarinos, después de que percibieron un aumento en la presencia naval y aérea estadounidense en el Caribe.
Las autoridades adoptaron esta medida después de que Maduro denunciara públicamente la presencia de ocho buques de guerra estadounidenses equipados con 1.200 misiles, junto a un submarino de propulsión nuclear, ubicados en aguas cercanas, lo que según el mandatario constituye la amenaza de mayor magnitud al país en el último siglo.
El decreto, que se anunció en una rueda de prensa con medios internacionales, permite al ejecutivo venezolano adoptar acciones extraordinarias para proteger la soberanía, aunque no se ha declarado formalmente un estado de emergencia en las fuerzas armadas hasta la fecha.
Las autoridades venezolanas iniciaron consultas sobre el decreto de conmoción externa con el fin de responder a lo que describen como agresiones externas que incluyen presuntos ataques a embarcaciones vinculadas al narcotráfico en aguas territoriales.

Principales despliegues defensivos venezolanos contra amenazas externas
- Sistemas de misiles tierra-aire S-300 de fabricación rusa ubicados en zonas estratégicas para proteger el espacio aéreo.
- Submarinos de clase Kilo incorporados a operaciones marítimas para monitorear costas y responder a aproximaciones navales hostiles.
- Operación Caribe Soberano 200 con traslado de 2.500 uniformados a la isla de La Orchila para simular escenarios de defensa integral.
- Cazas Su-30MK2 equipados con misiles antibuque desplegados en formaciones que simularon ataques a objetivos marítimos.
Autoridades de Venezuela activan operación militar y refuerzan tropas en estados costeros
Maduro afirmó que estas acciones estadounidenses forman parte de una presión militar intensificada que incluye el despliegue de escuadrones de cazas F-35 y una flota naval compuesta por destructores en el Caribe. En respuesta, el gobierno venezolano activó una operación militar denominada de resistencia que involucra la puesta en alerta máxima de activos terrestres, aéreos, marítimos y cibernéticos.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, coordinó el refuerzo de tropas en cinco estados del norte del país, específicamente en la fachada caribeña y atlántica, para fortalecer la seguridad y contrarrestar actividades ilícitas como el contrabando y el narcotráfico. Esta movilización abarca estados costeros como Nueva Esparta, Sucre, Anzoátegui, Monagas y Delta Amacuro, donde se incrementó la presencia de personal militar y equipamiento defensivo.
El despliegue venezolano incluye la activación de sistemas de misiles tierra-aire, como los S-300 de fabricación rusa, que forman parte del arsenal defensivo del país y se han ubicado en zonas estratégicas para proteger el espacio aéreo contra posibles incursiones.
Además, submarinos de la Armada venezolana, entre ellos los de clase Kilo adquiridos previamente, se incorporaron a las operaciones marítimas para monitorear las costas y responder a cualquier aproximación naval hostil. Estas unidades submarinas, con capacidad para patrullas prolongadas, se sumaron a una flota que cuenta con doce buques en ejercicios recientes, donde se practicaron maniobras de defensa costera y antiaérea.
Maniobras militares venezolanas incluyen aviones y milicias civiles

La operación Caribe Soberano 200, que se lanzó como parte de estas medidas, involucró el traslado de 2.500 uniformados a la isla de La Orchila, una base militar clave en el Caribe, durante un período de tres días para simular escenarios de defensa integral. En estas maniobras, se ejecutaron disparos antiaéreos y lanzamientos de paracaidistas, con el objetivo de demostrar la preparación de las fuerzas armadas venezolanas ante lo que perciben como una escalada estadounidense.
Por su parte, las fuerzas aéreas venezolanas realizaron demostraciones de fuerza con cazas de largo alcance Su-30MK2, equipados con misiles antibuque capaces de alcanzar velocidades superiores a Mach 3, en un mensaje dirigido a la presencia naval estadounidense en la región.
Estos aviones, de origen ruso, se desplegaron en formaciones que simularon ataques a objetivos marítimos y destacaron su rango operativo y capacidad para neutralizar amenazas navales a distancia. Maduro destacó que, en caso de una agresión directa, el país pasaría a una lucha armada generalizada, con la participación de más de ocho millones de ciudadanos inscritos en milicias para defender el territorio.
El gobierno venezolano también militarizó infraestructura civil y la puso a disposición inmediata para operaciones defensivas. Esta medida se enmarca en un plan más amplio que abarca la coordinación de activos cibernéticos para contrarrestar posibles ciberataques, aunque no se han reportado incidentes específicos hasta ahora.
Respuesta de Estados Unidos y declaraciones internacionales sobre tensiones
Desde el lado estadounidense, la Marina realizó cuatro pruebas con misiles nucleares desde un submarino cerca de la costa de Florida, lo que generó alertas en Venezuela debido a la visibilidad de los lanzamientos desde Puerto Rico y su proximidad geográfica. Estas pruebas, confirmadas por fuentes oficiales estadounidenses, involucraron misiles Trident balísticos lanzados desde el Atlántico, aunque no se vincularon explícitamente a acciones contra Venezuela en los comunicados públicos.
El Departamento de Estado y el Departamento de Defensa de Estados Unidos no emitieron declaraciones directas sobre despliegues específicos en el Caribe dirigidos contra Caracas, ni confirmaron consideraciones de ataques a objetivos venezolanos. Sin embargo, analistas militares retirados, como el coronel Manuel Supervielle, indicaron en entrevistas que el despliegue estadounidense en la región se centra en operaciones contra el narcotráfico, sin descartar impactos en las tensiones bilaterales.

La Casa Blanca confirmó un despliegue militar en el Caribe, pero lo enmarcó en esfuerzos para combatir el tráfico de drogas, sin mencionar amenazas directas a Venezuela. El canciller venezolano, Yván Gil, declaró ante la Asamblea general de las Naciones Unidas que el país enfrenta una amenaza militar ilegal por parte de Estados Unidos y solicitó atención internacional a la situación.
Esta postura se reforzó con advertencias de otros gobiernos latinoamericanos, donde fuerzas armadas de varios países expresaron que cualquier acción contra Venezuela afectaría a la región entera y propusieron incluso la formación de un ejército de liberación unido. Maduro, en sus declaraciones, vinculó estas tensiones a presiones políticas internas en Estados Unidos, aunque evitó detalles sobre inteligencia específica que respalde las denuncias de 1.200 misiles que apuntan al territorio nacional.
Movilización venezolana incluye drones y exhibición de capacidades
Las maniobras venezolanas incluyeron el uso de drones para vigilancia oceánica. Las autoridades integraron los drones en un contingente de 25.000 tropas movilizadas hacia el Atlántico como precaución ante un posible conflicto. La Organización del Tratado del Atlántico Norte no registró menciones a estas tensiones en sus comunicados recientes y se centró en otros escenarios globales.
El gobierno venezolano exhibió sus capacidades en videos públicos y mostró aviones de combate y sistemas de defensa en operación, como parte de una estrategia para disuadir acciones externas.
