El Pentágono aprobará al contratista del nuevo caza naval F/A-XX, proyecto de próxima generación para la Marina estadounidense, con anuncio oficial previsto esta semana.
Tras meses de retrasos y especulaciones, el Departamento de Defensa de Estados Unidos, actualmente denominado Departamento de Guerra, parece estar listo para elegir al contratista que construirá el nuevo caza embarcado de próxima generación de la Marina, el F/A-XX. Según informó Reuters, el secretario Pete Hegseth aprobó la decisión el 4 de octubre de 2025, lo que allana el camino para un anuncio que podría realizarse esta misma semana.
El programa tiene como objetivo sustituir las flotas de F/A-18E/F Super Hornet y EA-18G Growler, actualmente sometidas a un proceso de modernización para mantenerlas operativas hasta la entrada en servicio del nuevo caza. El F/A-XX se convertirá en el eje central de las futuras alas aéreas embarcadas, que operarán junto con el F-35C Lightning II y las plataformas no tripuladas de combate colaborativo conocidas como CCA (Collaborative Combat Aircraft).
Reuters citó a un funcionario estadounidense y a dos personas familiarizadas con la decisión en su informe sobre el avance del programa. El medio especializado Breaking Defense también informó sobre el mismo asunto, mencionando a dos fuentes que aludieron a rumores acerca de que el anuncio de la selección podría haberse producido durante la visita del presidente Donald Trump al portaaviones USS George H. W. Bush con motivo del 250.º aniversario de la Armada, la semana pasada.
Sin embargo, conviene recordar que no es la primera vez que surgen informes de este tipo. De hecho, poco después del anuncio sobre la elección del Boeing F-47 para el programa de Superioridad Aérea de Próxima Generación (NGAD) de la Fuerza Aérea, diversas fuentes afirmaron que la designación del F/A-XX era inminente, aunque finalmente no se produjo ningún anuncio.
Reuters también destacó este punto, citando a una fuente que señaló que “obstáculos de última hora han retrasado el progreso del caza naval en el pasado y podrían hacerlo nuevamente”. Ni la Marina ni el Pentágono emitieron comunicados oficiales al respecto.
Hasta ahora, la competencia parece haberse reducido a Boeing y Northrop Grumman. Lockheed Martin, fabricante del F-35C, quedó fuera de la contienda después de que, según se informó a comienzos de este año, su propuesta no cumpliera con los criterios de la Marina.
Tanto Boeing como Northrop Grumman poseen una larga trayectoria en aviación naval. Boeing, tras la adquisición de McDonnell Douglas, produce actualmente los modelos F/A-18 y EA-18G. Northrop Grumman, por su parte, nació de la fusión de Northrop y Grumman, empresa que tuvo su último contrato principal para un caza embarcado con el F-14 Tomcat en la década de 1990.
El diseño que resulte ganador en el programa F/A-XX definirá la próxima era de la aviación embarcada estadounidense.
Si Boeing obtiene el contrato, consolidará su dominio en la producción de aeronaves de nueva generación para las fuerzas armadas, al encargarse tanto del nuevo caza de la Marina como del de la Fuerza Aérea. En cambio, una victoria de Northrop Grumman supondría su retorno al primer plano del diseño de cazas de ataque naval, casi dos décadas después del último vuelo del F-14 en la base aérea de NAS Oceana.
Ambas compañías mantienen actualmente importantes programas para las fuerzas armadas estadounidenses. Boeing produce el F-15EX Eagle II y el nuevo F-47, mientras que Northrop Grumman desarrolla el bombardero furtivo B-21 Raider y el misil balístico intercontinental Sentinel.
Aunque los detalles permanecen clasificados, el F/A-XX se describe como un avión de sexta generación, con mayor capacidad furtiva, autonomía ampliada, mejor integración de sensores y conexión fluida con sistemas autónomos y redes de defensa antiaérea embarcadas. El desarrollo de la aeronave se centra en capacidades de ataque en profundidad y en la guerra basada en datos, aspectos esenciales para operaciones futuras en entornos disputados como el Indo-Pacífico.
De forma similar al programa NGAD de la Fuerza Aérea, el F/A-XX actuará como coordinador de plataformas no tripuladas, utilizando el concepto de cooperación entre aeronaves tripuladas y no tripuladas (MUM-T) para reducir el riesgo sobre los pilotos y garantizar la superioridad aérea y el control marítimo. Los altos mandos navales consideran al F/A-XX un elemento indispensable para preservar la relevancia de los grupos de ataque de portaaviones en conflictos de alta intensidad.
“Será una aeronave muy avanzada. Espero con interés el proceso de selección”, declaró en una ocasión el vicealmirante Daniel Cheever, comandante de las Fuerzas Aéreas Navales. “Dejaré la decisión a los especialistas en adquisiciones, pero me entusiasma porque esta sexta generación representa la superioridad aérea del futuro, y eso significa control marítimo. Mientras se conserve la superioridad aérea, se mantendrá el control marítimo en todo el mundo”.
Se prevé que las primeras unidades de producción del F/A-XX entren en servicio en la década de 2030, lo que permitirá mantener la eficacia y pertinencia de los grupos de ataque de portaaviones durante gran parte del siglo XXI. Entretanto, la flota de Super Hornet continuará en servicio hasta la década de 2040 para asegurar una transición gradual hacia el nuevo modelo.
El proceso de selección ha enfrentado meses de incertidumbre. Según Reuters, los desacuerdos entre el Pentágono y el Congreso sobre el financiamiento y el calendario provocaron múltiples retrasos durante la primavera y el verano. El Pentágono solicitó inicialmente apenas $74 millones para mantener un desarrollo mínimo, aparentemente debido a preocupaciones relacionadas con la capacidad industrial.
La Marina respondió al incluir una solicitud de $1.400 millones en su lista de prioridades no financiadas para el ejercicio fiscal 2026, con el fin de asegurar el contrato y evitar nuevas demoras. Los legisladores aprobaron $750 millones adicionales para acelerar el programa mediante la ley de gastos de defensa del verano, seguidos de otros 1.400 millones para el ejercicio fiscal 2026, incluidos en la Ley de Asignaciones de Defensa para dicho año.
El almirante Daryl Caudle, jefe de Operaciones Navales, subrayó durante su audiencia de confirmación la importancia de este programa para la Armada. “La Marina cuenta con un requisito validado para aeronaves embarcadas de sexta generación, y es esencial que pongamos en servicio esa capacidad lo antes posible, para proporcionar a nuestros combatientes los medios que necesitan para prevalecer ante la multiplicidad de amenazas emergentes”, declaró Caudle ante los legisladores.