Entre 1959 y 1968, el X-15 rompió récords de velocidad y altitud que siguen sin ser superados, dejando un legado técnico y espacial vigente.
X-15 estableció récords inalcanzables en velocidad y altitud
Entre 1959 y 1968, el X-15 operó como avión experimental bajo la supervisión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) y la NASA, alcanzando velocidades de hasta Mach 6.7 y alturas de 67 millas, marcas que permanecen sin superarse hasta la fecha. Este cohete alado fue clave en la transición hacia la exploración espacial, décadas antes del transbordador.
Durante los años cincuenta, en el contexto de la competencia aeroespacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, surgió el X-15 como respuesta tecnológica de alto nivel. La USAF impulsó el uso de pilotos entrenados en lugar de cápsulas automáticas como las utilizadas por la NASA. North American Aviation diseñó la aeronave, que voló por primera vez el 8 de junio de 1959.
El motor original del X-15, un doble XLR11 con 16,000 libras de empuje, fue reemplazado por el XLR99, capaz de generar 57,000 libras de empuje, utilizando amoníaco anhidro y oxígeno líquido, consumidos en 80 segundos, según NASA History Office (2025).
El 3 de octubre de 1967, el teniente coronel William J. “Pete” Knight voló a Mach 6.7 y 102,100 pies, un récord de velocidad para aviones tripulados que permanece vigente. En total, 13 vuelos superaron las 50 millas de altitud, con Joseph A. Walker alcanzando las 67.7 millas el 22 de agosto de 1963, de acuerdo con Air & Space Magazine (marzo de 2025).
Datos técnicos y operativos clave del programa X-15
Con una longitud de 50 pies y envergadura de 22 pies, el X-15 estaba recubierto con Inconel-X, una aleación de níquel resistente a temperaturas superiores a 1,200 °F, generadas por la fricción hipersónica. No despegaba por sí mismo: un B-52 Stratofortress lo transportaba a 45,000 pies, desde donde se soltaba para iniciar su ascenso impulsado por el XLR99.

La aeronave incorporó un sistema de control de reacción (RCS) que permitía maniobras en altitudes donde los controles aerodinámicos convencionales resultaban ineficaces. Este sistema anticipó la tecnología del transbordador espacial, según datos de NASA Dryden (2025).
Los pilotos del X-15, entrenados para soportar aceleraciones de hasta 6G, obtuvieron alas de astronauta por superar el límite de 50 millas reconocido por la USAF. Walker, Knight y Neil Armstrong confirmaron que era posible realizar vuelos suborbitales tripulados con control y precisión.
Datos históricos y técnicos del X-15 según la NASA y la USAF
- El X-15 alcanzó Mach 6.7 en 1967, récord que se mantiene vigente en 2025.
- La altura máxima lograda fue de 67.7 millas, superando el límite del espacio según la USAF.
- Utilizó un motor XLR99 con 57,000 libras de empuje y mezcla de amoníaco y oxígeno líquido.
- La estructura de Inconel-X resistía temperaturas superiores a 1,200 °F.
- El sistema de control RCS fue precursor del transbordador espacial.
Fracaso de planes orbitales y final del programa en 1968
En los primeros años del programa, la USAF contempló lanzar el X-15 al espacio con un misil SM-64 Navaho como primera etapa, en una estrategia que anticipaba el concepto del transbordador. Sin embargo, la NASA priorizó cápsulas balísticas como Mercury, relegando al X-15 a vuelos suborbitales.
Las tres unidades construidas —X-15-1, X-15-2 y X-15-3— realizaron en conjunto 199 vuelos hasta 1968. El programa finalizó tras el accidente del X-15-3, en el que murió el piloto Michael J. Adams, y ante el giro institucional hacia iniciativas orbitales.
El programa dejó una base de conocimiento invaluable. Los datos obtenidos sobre aerodinámica hipersónica, efectos térmicos y reacciones humanas en condiciones extremas fueron fundamentales para el desarrollo aeroespacial posterior.

Proyectos como el X-20 Dyna-Soar y el transbordador espacial se beneficiaron directamente de los hallazgos del X-15, cuyos sensores registraron presiones, temperaturas y respuestas fisiológicas a altitudes críticas.
Legado tecnológico y cultural del X-15 en el siglo XXI
El impacto del X-15 también se refleja en la cultura popular. En la película First Man (2018), el actor Ryan Gosling interpreta a Neil Armstrong durante sus vuelos de prueba con el X-15 en 1961, recreando con precisión esas misiones pioneras.
En la actualidad, el X-15-1 se exhibe en el National Air and Space Museum y el X-15-2 en el Air Force Museum, como parte del patrimonio tecnológico de Estados Unidos.
Según Space.com (febrero de 2025), el legado del X-15 sigue presente en programas como el Proyecto Mayhem, enfocado en aeronaves hipersónicas modernas. Su influencia abarca desde materiales hasta sistemas de control.
En 2025, ningún avión ha igualado la combinación de velocidad, altitud y control humano del X-15. Modelos como el SpaceShipTwo de Virgin Galactic o el X-51A Waverider no han alcanzado sus marcas ni operan con pilotos humanos, lo que reafirma el estatus del X-15 como precursor insuperable de la aviación espacial.