El X-43A Hyper-X de la NASA logró velocidades hipersónicas, pero la falta de apoyo permitió que otros países tomaran la delantera.
Suspensión de financiación permitió a Rusia y China tomar la delantera
A pesar de los avances logrados con el X-43A, el gobierno estadounidense suspendió su financiación. Esta decisión permitió que Rusia y China tomaran la delantera en la carrera hipersónica, desarrollando y desplegando armas hipersónicas basadas en parte en tecnología obtenida mediante espionaje.
Desde entonces, ambos países han invertido significativamente en esta tecnología, aprovechando los datos y desarrollos iniciales de Estados Unidos. Este patrón de innovación temprana no explotada completamente hasta que los rivales subrayan su importancia estratégica ha sido recurrente en la historia del desarrollo tecnológico estadounidense.
El Scramjet del X-43A ofrecía una forma más económica y menos contaminante de alcanzar velocidades hipersónicas. Sin embargo, el potencial de este avance no fue aprovechado por Estados Unidos.
Desarrollo y logros iniciales del X-43A Hyper-X de la NASA
El X-43A Hyper-X se concibió en un túnel de viento de la NASA en 1996. Considerado una inversión arriesgada, fue el primer avión con estatorreactor en alcanzar velocidades hipersónicas en 2004.
Se fabricaron tres variantes del X-43A, todas no tripuladas y diseñadas para distintas velocidades hipersónicas. El primer prototipo despegó desde un B-52B de la NASA y alcanzó aproximadamente 5.000 millas por hora, mientras que el tercer vuelo alcanzó casi Mach 10.
A pesar de estos éxitos, la financiación se detuvo. El gobierno no aprovechó los datos y avances obtenidos, lo que permitió a otros países adelantarse en esta tecnología.
Competencia actual en tecnología hipersónica y lecciones no aprendidas
Actualmente, Estados Unidos compite con China y Rusia por la supremacía en tecnología hipersónica. Aunque los estadounidenses desarrollaron prototipos antes que sus rivales, aún luchan por crear plataformas hipersónicas confiables y útiles.
Rusia ha desplegado armas hipersónicas en Ucrania, como el misil Kinzhal y el misil de crucero Zircon. Por su parte, China ha construido el túnel de viento para pruebas hipersónicas más grande del mundo y ha probado armas superiores a las estadounidenses.
La falta de seguridad adecuada y la compartición ingenua de investigaciones han permitido que ambos países roben secretos tecnológicos avanzados. Esto ha puesto a Estados Unidos en desventaja.
El impacto del espionaje industrial y las implicaciones futuras
En las últimas dos décadas, Estados Unidos ha compartido directa o indirectamente su investigación en tecnología hipersónica con Rusia y China. Ambos países han llevado a cabo espionaje industrial exitoso.
Este patrón histórico de no comprender plenamente las implicaciones de sus innovaciones hasta que los rivales geopolíticos lo hacen se ha repetido con la tecnología hipersónica. En conflictos futuros, esta falta de aprovechamiento temprano podría resultar en una desventaja estratégica significativa.
El X-43A Hyper-X representó un avance crucial que no fue adecuadamente explotado, dejando a Estados Unidos en una posición de desventaja frente a sus competidores en la carrera hipersónica.