Junto con el desarrollo de los avanzados cazas NGAD, Estados Unidos también está innovando en el campo de los vehículos aéreos no tripulados, destacándose modelos como el XQ-67A de general Atomics, que se integra al sistema como complemento estratégico.
Los futuristas cazas de sexta generación serán las plataformas tripuladas principales, y estarán acompañados por drones, en un esquema similar al concepto de “pilotos leales” dentro del programa Collaborate Combat Aircraft. Este programa ha seleccionado a empresas como Anduril y general Atomics para liderar la construcción de estas nuevas aeronaves de combate.
En una era donde conflictos como los enfrentamientos ruso-ucranianos evocan tácticas antiguas, grandes potencias como Estados Unidos avanzan hacia la adopción de tecnologías disruptivas, preparándose para los escenarios de conflicto del futuro.
Expansión de las capacidades en la guerra aérea del futuro
De acuerdo con información de The Warzone, general Atomics ha verificado que el dron experimental XQ-67A está siendo utilizado como prototipo para el diseño del Avión de Combate Colaborativo. Este proyecto, conocido como Incremento 1 del programa CCA, ha sido asignado a general Atomics para su desarrollo inicial.
Se anticipa la fabricación de cientos, incluso miles de drones como parte del ambicioso programa CCA, lo cual representa una inversión multimillonaria. Esto coloca a general Atomics, con su dron XQ-67A, y a Anduril, con el dron Fury, en una posición privilegiada para avanzar en la primera fase. Mientras tanto, compañías como Boeing, Lockheed Martin y Northrop Grumman, que inicialmente habían recibido contratos, han visto una reducción en los mismos.
Aun así, las empresas no seleccionadas mantienen la oportunidad de permanecer dentro del amplio espectro de proveedores y competir por contratos futuros.
Implementación de tecnología avanzada en sistemas aéreos no tripulados
“general Atomics ha llevado a cabo pruebas significativas con sus drones furtivos Avenger, mostrando capacidades de combate aire-aire potenciales, incluyendo el uso de sistemas IRST adaptados”, se informa sobre eventos de prueba que han abarcado complejas demostraciones de autonomía y funcionalidades impulsadas por inteligencia artificial, cruciales para el programa CCA.
Este enfoque no se limita solo a los cazas de sexta generación, sino que también se extiende al nuevo bombardero Northrop Grumman B-21 Raider de Estados Unidos, actualmente en fase de producción a baja escala. El XQ-67A de general Atomics está diseñado para operar adelante en el campo de batalla, recopilando y transmitiendo datos vitales a las aeronaves tripuladas.
Este modelo de operaciones promete mejorar significativamente la eficacia de las misiones, con las aeronaves tripuladas funcionando casi como centros de comando. Se proyecta que el futuro del combate aéreo integrará una cooperación efectiva entre plataformas tripuladas y no tripuladas, optimizando el despliegue de fuerza en ambientes de alta amenaza.
Avances en las capacidades operativas de los drones militares
Los vehículos aéreos no tripulados están configurados para desempeñar funciones cruciales en el campo de batalla, equipados con sensores avanzados que permiten no solo la vigilancia, sino también la ejecución de ataques y el transporte de armamentos. Según Defense One, el secretario de la Fuerza Aérea de EE. UU., Frank Kendall, ha indicado que estos drones podrían desempeñar hasta “100 roles” distintos, aunque aún se está definiendo el alcance completo de sus capacidades, como la incertidumbre sobre si el XQ-67A puede portar armas.
Recientemente, en un contraste marcado con tecnologías de guerra contemporáneas, un reporte de Militarnyi destacó cómo un avión Yak-52 ucraniano, propulsado por hélice, derribó drones de reconocimiento rusos, evocando imágenes de la Segunda Guerra Mundial.
El programa de Aviones de Combate Colaborativo (CCA) está ganando impulso rápidamente. El prototipo XQ-67A de general Atomics fue presentado el 8 de febrero de 2024, realizando su vuelo inaugural el 28 del mismo mes. Este modelo ha completado con éxito varios vuelos de prueba que están estableciendo las bases para un robusto programa de producción y evaluación de vuelos.
Además del XQ-67, el ejército estadounidense está desarrollando otros drones avanzados como el Kratos XQ-58A Valkyrie, parte del programa Low Cost Attritable Strike Demonstrator (LCASD) de la Fuerza Aérea.
Integración de drones en la estrategia de combate de la Fuerza Aérea
El programa CCA se integra dentro de los esfuerzos de la División de la Fuerza Aérea (DAF) por dotar a la fuerza con sistemas aéreos de última generación, tanto tripulados como no tripulados, capaces de enfrentar los desafíos de los escenarios bélicos modernos.
Los futuros cazas de sexta generación, aunque más capaces, serán notablemente más costosos y se espera que su producción sea considerablemente menor en comparación con los modelos anteriores. Esto los convierte en activos de alto valor, cuya pérdida sería significativa.
Dada la valía y el costo de estas aeronaves tripuladas, es probable que la Fuerza Aérea busque minimizar los riesgos asociados a su despliegue directo en combate. Una estrategia para mitigar este dilema es el emparejamiento de estos cazas con drones “desechables” y leales, lo cual puede reducir la dependencia de las aeronaves tripuladas y abaratar los costos generales.
Los programas como el CCA promueven una mayor capacidad de combate a un coste más accesible y con una adaptabilidad temporal mayor, gracias a la incorporación de inteligencia artificial que aumenta la autonomía y la supervivencia de las unidades en combate.
La Fuerza Aérea planea tomar una decisión de producción competitiva para el primer incremento de CCA en el año fiscal 2026, con el objetivo de alcanzar una capacidad operativa total antes de 2030. Asimismo, se espera que el programa CCA proporcione al menos 1,000 unidades, priorizando la escalabilidad rentable para asegurar el mantenimiento del dominio militar estadounidense en las próximas décadas.