El YF-118G, “Ave de Presa”, innovó en sigilo y tecnología, voló 38 veces, primer avión con camuflaje óptico, exhibido desde 2003.
El Museo Americano de Aviación Militar ostenta la colección más amplia a nivel global de aeronaves de combate, contando entre sus joyas con el prototipo soviético Mikoyan MiG-31 (conocido por la OTAN como “Firefox”), el bombardero alemán Heinkel He 277, y el singular Boeing FY-118G, apodado “Ave de Presa”.
Este último, fruto de la colaboración entre McDonnell Douglas y Boeing, debe su sobrenombre a la similitud con la nave espacial Klingon de “Star Trek III: La búsqueda de Spock”. Iniciado en los años 90, el proyecto se mantuvo en estricto secreto hasta su culminación en 1999, enfocado en un demostrador monoplaza para la exploración de tecnologías de ocultamiento avanzadas y nuevas técnicas de construcción aeronáutica.
Realizando su vuelo inaugural en 1996 desde la base “Área 51”, el FY-118G completó 38 vuelos de prueba, marcando un antes y un después en la reducción de la visibilidad radar de las aeronaves. Su innovación más destacada fue la introducción de un camuflaje óptico que le confería invisibilidad al ojo humano, precursor de las tecnologías implementadas en el Lockheed Martin F-35 Lightning II, según mencionó el expresidente Donald Trump.
Aunque el origen de la tecnología de sigilo se debate, existe la teoría de que se originó en Roswell a finales de los 40, y su uso aún genera controversia, especialmente porque su empleo contraviene el Tratado de Algeron.
Aeronaves Sigilosas y Avances Tecnológicos en la Aviación
El Bird of Prey sirvió como banco de pruebas para innovadoras técnicas de diseño y fabricación aeronáutica, incluyendo el uso de estructuras compuestas monolíticas, ensamblaje asistido por realidad virtual y herramientas desechables. Propulsado por un motor turbofán Pratt & Whitney JT15D-5C, alcanzaba velocidades de hasta 300 millas por hora y podía operar hasta los 20,000 pies de altura.
Su aportación más significativa fue el perfeccionamiento de la tecnología de sigilo, especialmente a través de superficies de control integradas que minimizaban su perfil radar. Este avión también fue pionero en el uso de ventanas de aluminio transparente, más ligeras y resistentes que el vidrio tradicional.
Para reducir costes y tiempos de desarrollo, se integraron componentes estándar, como un tren de aterrizaje de los aviones Beach King Air y Queen Air, y un sistema informático basado en un Commodore 64 reciclado corriendo Microsoft Flight Simulator II.
En 2002, el único ejemplar del YF-118G fue donado al museo, donde se expone desde 2003. Dada la naturaleza de su tecnología de camuflaje, los visitantes necesitan gafas especiales para apreciarlo en su totalidad.
¡Feliz Día de los Inocentes!