El Museo del Holocausto de la capital argentina tomó la custodia el miércoles de la mayor colección de artefactos nazis descubiertos en la historia del país.
La policía federal y agentes de Interpol encontraron los más de 70 objetos nazis escondidos detrás de una librería en la casa de un coleccionista al norte de Buenos Aires en 2017 como parte de una investigación sobre obras de arte de origen ilícito. Los artículos incluyen bustos del líder nazi Adolf Hitler, un instrumento para medir las cabezas de la gente para supuestamente determinar su “pureza racial”, y estatuas del águila nazi con una esvástica bajo sus garras.
La posesión de objetos nazis en Argentina puede ser ilegal si se determina que los objetos incitan al odio racial o religioso en público, aunque se pueden permitir en privado. No se ha determinado si el coleccionista violó la ley antidiscriminatoria, aunque se le ha acusado de poseer piezas de origen ilegal.
Los agentes de Interpol comenzaron a seguir al recolector, y con una orden judicial, allanaron la casa el 8 de junio de 2017. Una gran estantería llamó su atención y detrás de ella, los agentes encontraron un pasadizo oculto a una habitación llena de imágenes nazis.
Expertos argentinos y alemanes afirman que la mayoría de los objetos son originales. También incluyen juguetes que, según las autoridades, se habrían utilizado para adoctrinar a los niños, un reloj de arena nazi y una caja de armónicas blasonadas con esvásticas. La colección también incluye un negativo fotográfico de Hitler sosteniendo una lupa similar a las que se encuentran en las cajas.
La principal hipótesis entre los investigadores y los miembros de la comunidad judía argentina es que los artículos fueron traídos por los nazis después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el país sudamericano se convirtió en un refugio para algunos de los criminales de guerra más infames.
Los objetos permanecerán detenidos en el Museo del Holocausto mientras continúe la investigación.
El presidente del museo, Marcelo Mindlin, dijo el miércoles que los objetos fomentaban “el odio, la muerte y la destrucción”. Dijo que formarán parte de una exposición “al servicio de la transmisión de los valores democráticos, la educación y la lucha por la memoria para que no se repitan tragedias como el Holocausto”.