Doce trabajadores internacionales de Naciones Unidas, que permanecían bajo custodia de los islamistas hutíes en Yemen, abandonaron este miércoles la capital bajo control del grupo, según informó la organización.
El asalto hutí, que cuenta con respaldo iraní, al recinto de la ONU en Saná ocurrió el pasado fin de semana e involucró a veinte empleados, de los cuales quince poseían nacionalidad extranjera. Cinco yemeníes obtuvieron su libertad el domingo.
Los hutíes mantienen un historial de acoso y arrestos contra empleados de Naciones Unidas y agentes humanitarios, a quienes imputan espionaje, pero esta práctica se ha incrementado tras el inicio de la guerra en Gaza.
“Hoy temprano, 12 miembros del personal internacional de la ONU que se encontraban entre los que estaban previamente detenidos en el complejo de la ONU en Yemen partieron de Saná en un vuelo del Servicio Aéreo Humanitario de la ONU”, declaró un comunicado del portavoz del secretario general, Antonio Guterres.
El destino de estas personas no se hizo público. La ONU indicó que los tres miembros restantes del personal ahora disponen de “libertad para desplazarse o viajar”.
Una fuente de la ONU y orígenes hutíes confirmaron a la AFP que Peter Hawkins, representante de UNICEF en Yemen, figuraba entre los arrestados.

Abdul Malik al-Hutí, líder islamista, imputó a los funcionarios detenidos su participación en un importante ataque aéreo israelí en agosto, que causó la muerte al primer ministro hutí y a casi la mitad de su gabinete, aunque no presentó pruebas. La ONU rechazó esta imputación.
Los hutíes irrumpieron en las oficinas de la ONU en Saná el 31 de agosto y procedieron a la detención de más de once empleados, según se afirmó.
Un alto cargo hutí comunicó a la AFP que el personal de Naciones Unidas era objeto de sospechas por supuesto espionaje a favor de Estados Unidos e Israel.
A mediados de septiembre, la ONU trasladó a su coordinador humanitario en Yemen desde Saná hacia Adén, sede de la capital provisional del gobierno reconocido a nivel internacional.
Stephane Dujarric, portavoz de la ONU, afirmó que los hutíes mantienen aún en detención arbitraria a un total de cincuenta y tres trabajadores de la organización.
Los hutíes, aliados de Irán, ejercen el dominio sobre la mayor parte de Yemen, incluida Saná, desde su toma del poder entre 2014 y 2015. Naciones Unidas ha desmentido en repetidas ocasiones las acusaciones hutíes que señalan a su personal o sus operaciones en Yemen de participar en labores de espionaje. Dujarric calificó la semana pasada estas imputaciones como “extremadamente preocupantes”.

Los hutíes, cuyo lema proclama “Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel [y] una maldición sobre los judíos”, iniciaron sus agresiones contra Israel y el tráfico marítimo en noviembre de 2023, un mes después de la masacre del 7 de octubre de Hamás en el sur de Israel, que dio inicio a la guerra en Gaza.
El grupo ha lanzado contra Israel más de 130 misiles balísticos, junto con numerosos drones y misiles de crucero. Uno de estos proyectiles causó en julio de 2024 la muerte de un civil y heridas a varios más en Tel Aviv.
Como réplica, Israel ha ejecutado diecinueve ataques contra posiciones hutíes, las cuales se localizan a una distancia aproximada de 1.800 kilómetros.
Abdul Malik al-Hutí, líder del grupo, declaró tras el anuncio de un alto el fuego en Gaza la semana pasada que reanudarían sus ataques contra Israel si consideran que Jerusalén no cumple con su parte del acuerdo.
