Unas 472 organizaciones judías escribieron al Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, y a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michele Bachelet, exigiendo que se ponga fin a la “farsa unilateral” de una investigación de la Comisión Internacional de Investigación (COI) del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre Israel. También instaron a Guterres a prohibir el uso del reciente informe de Amnistía en la COI. El llamamiento fue firmado también por más de 4.000 personas.
En las cartas de la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías de Estados Unidos y de las Federaciones Judías de Norteamérica, los grupos señalaron que la COI, establecida por el Consejo de Derechos Humanos, está diseñada para “provocar una crítica desproporcionada a Israel y llevar a la comisión que crea a concluir que Israel ha violado el derecho internacional”.
“El informe de Amnistía trafica con afirmaciones falsas contra el único Estado judío, distorsiona el derecho internacional, cuestiona la propia existencia de Israel e ignora la violencia y los ataques terroristas contra los civiles israelíes, judíos, musulmanes y cristianos. Nos preocupa mucho que este informe se posicione para influir en el COI y lleve a una revisión por parte de la Corte Penal Internacional de un país democrático en el que múltiples comunidades religiosas viven bajo el imperio de la ley, participan en la vida cívica, contribuyen a la economía y sirven en los niveles más altos del gobierno. El llamamiento de Amnistía para que el Consejo de Seguridad de la ONU imponga un embargo militar a Israel envía un claro mensaje en este sentido”, dice la carta.
Además, la carta denuncia que la resolución no nombra a Hamás, el grupo terrorista palestino que controla la Franja de Gaza y que lanzó más de 4.000 cohetes desde Gaza contra el centro de las ciudades israelíes tan solo el pasado mes de mayo, argumentando que anima “a los miembros de la comisión a determinar que Israel está implicado en una «discriminación y represión sistemáticas basadas en la identidad nacional, étnica, racial o religiosa»”.
También criticó el mandato abierto de la COI, que, según dice, dará la oportunidad a las naciones de “participar en repetidas denuncias de Israel en el Consejo de Derechos Humanos y la Asamblea General”.
Los tres miembros de la COI, según la carta, tampoco cumplen el “requisito fundamental de imparcialidad”.
“Navi Pillay, Christopher Dominic Sidoti y Miloon Kothari han hecho declaraciones públicas y han participado en actividades que reflejan una visión preexistente y sesgada de Israel”, escribieron las organizaciones.
El director general de la Conferencia de Presidentes, William Daroff, calificó la investigación de “farsa unilateral” que “vuelve a demostrar el claro sesgo antiisraelí del organismo de la ONU”.
“Las comunidades judía y pro-israelí están unificadas en su aborrecimiento del proceso [de la COI] e instan firmemente a los líderes de las Naciones Unidas a que se aseguren de que la comisión no presente un informe que critique injustamente a Israel, la única democracia de Oriente Medio”, dijo.
La carta de la JFNA decía además: “Es preocupante -y peligroso- que las Naciones Unidas sigan mostrando su parcialidad contra Israel”.
“En un año cualquiera, la Asamblea General adopta numerosas resoluciones unilaterales contra Israel y solo un número minúsculo contra cualquiera de los otros Estados miembros por violaciones de los derechos humanos”.
“El Consejo de Derechos Humanos centra un asombroso 20 % de sus resoluciones en Israel y mantiene a este país como punto permanente de la agenda. Incluso con respecto al Consejo de Seguridad, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, había señalado que «[los israelíes] interpretan la abrumadora atención a Israel en este órgano como una negación del derecho de Israel a existir y una atención injusta a este único país, y tienen razón»”.
“Le pedimos que utilice la autoridad moral de su alto cargo para declarar claramente que es inaceptable que las instituciones de la ONU, incluido el Consejo de Derechos Humanos, utilicen su plataforma mundial para atacar injustamente a Israel. Este tipo de ataque inexcusable socava la paz en Oriente Medio y contribuye a una narrativa que puede fomentar el sesgo antisemita. Con este espíritu, le pedimos que inste al Consejo de Derechos Humanos a poner fin a la Comisión de Investigación y a dejar claro que el informe de Amnistía no debe ser utilizado por la ONU ni por sus órganos para seguir atacando injustamente a Israel”.