Estados Unidos bloqueó el sábado un borrador de comunicado del Consejo de Seguridad de la ONU instando a la moderación y pidiendo una investigación de los enfrentamientos en la frontera entre Gaza e Israel, dijeron diplomáticos.
Kuwait, que representa a los países árabes en el consejo, presentó la declaración propuesta, que pedía una «investigación independiente y transparente de la violencia».
El borrador de la declaración del consejo también expresó «una gran preocupación por la situación en la frontera». Y reafirmó «el derecho a la protesta pacífica» y expresó el «pesar por la pérdida de vidas palestinas inocentes».
El sábado por la noche, el ejército israelí identificó a 10 de los 16 palestinos muertos durante las manifestaciones de violencia islámica a lo largo de la valla de seguridad de Gaza, como miembros de grupos terroristas palestinos, y publicó una lista de sus nombres y posiciones en las organizaciones.
El borrador del comunicado se distribuyó al consejo el viernes, pero el sábado Estados Unidos formuló objeciones y dijo que no apoyaba su adopción, dijo un diplomático del Consejo de Seguridad de la ONU a la AFP.
La misión de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas no respondió de inmediato a una solicitud de la AFP para hacer comentarios.
La declaración propuesta también llama «a respetar la ley internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, incluida la protección de los civiles», según el borrador visto por la AFP.
Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU «pidieron a todas las partes que ejerzan moderación y eviten una nueva escalada», dice el borrador sin hacer distinción entre los atacantes palestinos y las Fuerzas de Defensa de Israel que protegen la valla fronteriza para evitar la infiltración masiva de 30,000 palestinos a la soberanía israelí. La declaración propuesta enfatiza la necesidad de promover la paz entre Israel y los palestinos basada en una solución de dos estados.
La Autoridad Palestina culpó el sábado a Estados Unidos y Gran Bretaña por obstruir los esfuerzos palestinos y árabes para persuadir al Consejo de Seguridad de emitir una resolución que condena a Israel por los 16 palestinos muertos.
Yusef al Mahmoud, portavoz del gobierno de la Autoridad Palestina en Ramallah, dijo que la oposición de Washington y Londres a una resolución que condena a Israel «los convierte en cómplices de la horrible masacre cometida por el ejército de ocupación israelí contra nuestro pueblo indefenso».
Mahmoud acusó a Estados Unidos y Gran Bretaña de mostrar «parcialidad a favor de la opresión y la represión». Afirmó que las protestas del viernes fueron «marchas pacíficas y manifestaciones para conmemorar el 42° aniversario del Día de la Tierra».
Acusó que «solo el gobierno israelí es directamente responsable de esta espantosa masacre, que resultó en 16 mártires y cientos de heridos».
El Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión privada el viernes por la noche para discutir los enfrentamientos a lo largo de la frontera entre Gaza e Israel, a pesar de una solicitud de Estados Unidos e Israel para posponer las deliberaciones del sábado debido a la víspera festiva de la Pascua.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, anunció el viernes que había instruido a su enviado ante la ONU, Riyad Mansour, para pedirle al Consejo de Seguridad de la ONU que brinde «protección internacional» a los palestinos.
El sábado, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó a «los interesados a abstenerse de cualquier acto que pueda ocasionar más víctimas». También pidió una investigación independiente y transparente sobre las muertes y heridos durante los enfrentamientos del viernes.
Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas, acusó a la administración estadounidense de «proporcionar una cobertura para que Israel continúe su agresión contra el pueblo palestino«.
La postura de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU, agregó, «alienta a Israel a desafiar las resoluciones de la ONU destinadas a poner fin a su ocupación».
El grupo terrorista Hamás, por su parte, expresó su «pesar por el fracaso del Consejo de Seguridad de la ONU para emitir una resolución condenando a Israel».
El grupo islamista condenó a Estados Unidos por frustrar el movimiento en el Consejo de Seguridad de la ONU y acusó a Washington de ser «totalmente parcial» a favor de Israel y «alentar a Israel a cometer más violencia y terrorismo contra civiles palestinos».
Los gobernantes terroristas de Hamás de Gaza lanzaron estas imágenes de miembros de su ala militar que, según reconoció, estaban entre los 16 habitantes de Gaza que, según dijo, murieron a causa de los disparos israelíes durante los enfrentamientos a lo largo de la valla de seguridad el viernes 30 de marzo de 2018.
Previamente el sábado, Hamás reconoció públicamente que cinco miembros de su ala militar, las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam, se encontraban entre los palestinos muertos.
El viernes, unos 30,000 palestinos participaron en manifestaciones violentas a lo largo de la frontera de Gaza, durante las cuales los atacantes, colocaron a sus hijos menores en el frente de los disturbios, mientras aprovechaban para lanzar bombas incendiarias y rocas contra las fuerzas israelíes que resguardan la frontera. Durante la oleada de violencia islamista, los seguidores del Corán buscaron abrir una brecha y dañar la cerca de seguridad, y dispararon con ametralladoras contra los soldados israelíes.
El ejército dijo que sus francotiradores apuntaban solo a aquellos que tomaban medidas violentas explícitas contra las tropas israelíes o que trataban de atravesar o dañar la valla de seguridad. Las imágenes de video mostraron que en un caso un atacante, a quien el ejército incluyó en su lista de miembros de Hamás, pareció ser alcanzado por un disparo mientras huía de la frontera.
El factor islámico en estas marchas masivas convocadas por Hamás, reflejan de manera fidedigna el reclamo musulmán de poseer a perpetuidad todo espacio en el que han vivido, por ese mismo motivo, los movimientos islámicos como ISIS reclaman la península ibérica como el califato de Al-Andalus y amenazan constantemente con regresar y expulsar a “los infieles”.
El ejército ha permanecido en alerta máxima incluso cuando la violencia pareció disminuir el viernes por la noche, en medio de temores de ataques persistentes, incluidos los intentos de infiltración y el lanzamiento de cohetes.