El relator especial de las Naciones Unidas, Michael Lynk, acusa a Israel de apartheid en un informe presentado el martes al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
“Con los ojos de la comunidad internacional bien abiertos, Israel ha impuesto a Palestina una realidad de apartheid en un mundo post-apartheid”, escribe Lynk, cuyo título completo es “Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967”.
Está previsto que Lynk publique formalmente su informe el jueves, antes del debate del punto 7 de la agenda, el punto permanente del CDH reservado a los abusos de los derechos humanos de Israel contra los palestinos y otros árabes.
“El sistema político de gobierno arraigado en el territorio palestino ocupado, que dota a un grupo racial, nacional y étnico de derechos, beneficios y privilegios sustanciales, mientras somete intencionadamente a otro grupo a vivir detrás de muros, puestos de control y bajo un régimen militar permanente… satisface la norma probatoria imperante para la existencia del apartheid”, escribe Lynk.
La concesión de miles de permisos de trabajo a trabajadores palestinos de Cisjordania y Gaza para trabajar en Israel equivale a la “explotación laboral de un grupo racial”, según el informe.
El informe, cuyo cuerpo principal no menciona a los grupos terroristas Hamás o la Jihad Islámica, dice que Israel “debe cooperar de buena fe con los dirigentes palestinos para poner fin por completo a la ocupación y hacer realidad una auténtica solución de dos Estados”.
Israel y las organizaciones judías tachan a Lynk de “hostil a Israel” y al informe de “infundado”.
“El autor de este informe es bien conocido por sus descaradas e inquietantes opiniones antiisraelíes”, escribe la misión de Israel ante la ONU en Ginebra en un comunicado. “Este informe no es diferente”.
El comunicado añade que ningún informe sobre Israel puede tomarse en serio “si no se tienen en cuenta los desafíos y amenazas a la seguridad a los que se enfrentan diariamente todos los israelíes, incluido el 20% de la minoría no judía”.
“Este informe recicla calumnias infundadas y escandalosas publicadas anteriormente por ONG que comparten el mismo objetivo que el autor de este informe: deslegitimar y criminalizar al Estado de Israel por lo que es: el Estado-nación del pueblo judío, con igualdad de derechos para todos sus ciudadanos, independientemente de su religión, raza o sexo”, afirma Meirav Eilon Shahar, enviado de Israel ante las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales en Ginebra.