Rafael Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), recibe protección de seguridad las 24 horas del día desde finales de junio de 2025 por una amenaza específica que procede de Irán. Esta medida se implementó en Viena, Austria, sede del OIEA, y la proporciona la unidad élite Cobra de los servicios de seguridad austriacos.
La amenaza se vincula a tensiones que derivan del programa nuclear iraní, donde Irán acusa a Grossi de que contribuyó al inicio de la guerra de 12 días con Israel en junio de 2025. Autoridades austriacas recibieron información de inteligencia sobre riesgos vinculados a individuos relacionados con Irán, lo que llevó a que se asignara esta protección constante. Funcionarios iraníes emitieron amenazas públicas contra Grossi durante la guerra y después de la guerra, lo que empeoró la situación.
La decisión de proteger a Grossi surgió tras un informe clave del OIEA en mayo de 2025 que acusó a Irán de que realizó actividades nucleares no declaradas, algunas relevantes para la producción de armas nucleares. Este documento aumentó las tensiones internacionales y contribuyó a la declaración de la Junta de Gobernadores del OIEA el 12 de junio de 2025, que determinó por primera vez en casi dos décadas que Irán violó sus obligaciones de no proliferación.
Irán negó las acusaciones y atribuyó sesgo al informe porque alegó que Grossi actuó bajo influencia israelí. Durante la guerra, que involucró ataques israelíes a sitios nucleares y de misiles balísticos iraníes, Teherán culpó en parte al OIEA por la guerra. Israel justificó sus acciones como respuesta a amenazas existenciales que plantea el programa nuclear iraní.
Ali Larijani, asesor cercano del líder supremo iraní Alí Jamenei y exgeneral de brigada, publicó en la red social X durante los combates de junio: “Cuando termine la guerra, nos ocuparemos de Grossi”. Un alto funcionario del poder judicial iraní declaró después de la guerra que Grossi podría ser juzgado en ausencia. El periódico semioficial Kayhan acusó a Grossi de espionaje para Israel y exigió su arresto y ejecución, con base en fotografías con un exfuncionario israelí, y afirmó que operaba en nombre de Jerusalén. Jamenei afirmó en medios estatales que la guerra de Teherán con Estados Unidos sobre su programa nuclear resulta irresoluble. Estas declaraciones públicas intensificaron la percepción de riesgo contra el director general del OIEA.
Fredrik Dahl, portavoz del OIEA, confirmó que Austria suministró una unidad Cobra para la protección de Grossi, pero no pudo verificar el origen de la amenaza. El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, calificó a Irán como un “estado mafioso” tras la amenaza de Larijani y destacó en X que resultaba increíble que se amenazara abiertamente al jefe del OIEA, aunque típico de Irán.
El contexto del programa nuclear iraní abarca años de disputas. Estados Unidos se retiró del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) en 2018 bajo la presidencia de Donald Trump, lo que incrementó las tensiones y llevó a Irán a enriquecer uranio a niveles sin aplicación pacífica, obstruir inspectores internacionales y expandir capacidades de misiles balísticos. Israel alega que Irán avanzó hacia la weaponización antes de la guerra. En junio de 2025, ataques estadounidenses e israelíes dañaron instalaciones clave como la planta de enriquecimiento de Fordo, lo que retrasó el desarrollo nuclear iraní por años y dejó el sitio inoperable sin acceso a material nuclear, según un informe de la Comisión de Energía Atómica de Israel.
A principios de julio de 2025, inspectores nucleares del OIEA abandonaron Irán después de que este implementara legislación que detuvo toda cooperación con la agencia tras la guerra militar. Sin embargo, un equipo inicial de inspectores regresó recientemente, como anunció Grossi en un discurso en la reunión anual del Instituto de Gestión de Materiales Nucleares en Washington DC el 26 de agosto de 2025. El acceso a sitios nucleares permanece sin resolver, lo que complica las verificaciones.
Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania planearon buscar una declaración de la Junta de Gobernadores del OIEA sobre las violaciones de Irán, vinculadas al JCPOA de 2015. Irán negocia con Estados Unidos y países europeos para evitar sanciones de reimposición inmediata bajo ese acuerdo, con un plazo de 60 días impuesto por Trump que expiró antes del ataque israelí. Estas negociaciones buscan mitigar aumentos adicionales.
La protección a Grossi resalta vulnerabilidades en la diplomacia nuclear. Amenazas directas contra funcionarios de agencias internacionales como El OIEA disminuyen la confianza en mecanismos de no proliferación. La guerra de junio de 2025, con participación estadounidense en ataques nucleares, indica un cambio significativo en el enfoque occidental hacia Irán. Posibles consecuencias incluyen remisión al Consejo de Seguridad de la ONU, lo que podría imponer sanciones más estrictas y aislar a Teherán económicamente.
Irán mantiene su posición de que su programa nuclear sirve fines pacíficos, a pesar de evidencias contrarias presentadas por El OIEA. La agencia monitorea, aunque con limitaciones impuestas por Teherán. Grossi ha resaltado la necesidad de transparencia para evitar malentendidos que lleven a conflictos.
Esta situación afecta estabilidad regional en Oriente Medio. Israel percibe el programa iraní como amenaza existencial, lo que justifica sus acciones preventivas. Estados Unidos respalda esta postura, como se evidenció en su participación en los ataques. Europa busca equilibrio mediante diplomacia, pero enfrenta presiones para endurecer su posición.
La protección constante a Grossi podría extenderse si persisten amenazas, lo que implica costos adicionales para Austria y El OIEA. Inteligencia compartida entre aliados occidentales juega un rol clave en identificar riesgos. Incidentes previos de amenazas contra inspectores nucleares no alcanzaron este nivel de especificidad contra el director general.
En resumen, el caso ilustra cómo disputas nucleares resultan en riesgos personales para líderes internacionales. La resolución depende de avances en negociaciones y cumplimiento de obligaciones por parte de Irán. Mientras tanto, El OIEA persiste en su mandato de promover usos pacíficos de la energía atómica y prevenir proliferación.