VIENA – El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha sido nombrado por aclamación para un nuevo mandato de cuatro años al frente del organismo de control nuclear de la ONU, que se enfrenta a la vigilancia de las actividades nucleares de Irán y trata de reforzar la seguridad de las centrales nucleares de Ucrania.
La Junta de Gobernadores del OIEA, compuesta por 35 países, reeligió el viernes por aclamación al diplomático argentino Rafael Mariano Grossi para un segundo mandato como director general de la organización, que comenzará a principios de diciembre.
La Conferencia General, que reúne anualmente a los 176 países miembros del OIEA, deberá aprobar formalmente el nuevo nombramiento cuando se reúna en septiembre.
Grossi se declaró “profundamente honrado” por la decisión unánime de la Junta.
“Llega en un momento en que nos enfrentamos a muchos retos importantes y estoy plenamente comprometido a seguir haciendo todo lo que esté en mi mano para llevar a cabo la misión crucial del OIEA en apoyo de la paz y el desarrollo mundiales”, declaró.
Grossi se hizo cargo del organismo con sede en Viena en diciembre de 2019, meses después de que su predecesor, Yukiya Amano, falleciera en el cargo.
Su tiempo en el cargo ha llegado en medio de crecientes tensiones entre Irán y Occidente a medida que se deshacía el acuerdo nuclear de 2015 de Teherán con las potencias mundiales. El OIEA ha tratado de mantener su vigilancia de las actividades nucleares de Irán en medio de crecientes dificultades.
En el último año, Grossi ha expresado repetidamente su alarma por los riesgos de un desastre nuclear tras la invasión rusa de Ucrania, que ha visto cómo las fuerzas de Moscú ocupaban la central nuclear de Zaporizhzhia, la mayor de Europa.
El OIEA ha enviado equipos de expertos a las cuatro centrales nucleares ucranianas, incluida la de Zaporizhzhia.
Grossi ha llevado a cabo durante meses una delicada campaña diplomática para conseguir que se establezca una “zona de protección de la seguridad nuclear” alrededor de la central de Zaporizhzhia, un objetivo que hasta ahora ha resultado esquivo.