Israel, que se ha sentado cuidadosamente en la cerca durante años con respecto a la crisis entre Rusia y Ucrania, tomó una posición en la ONU el lunes, votando contra Moscú en una resolución que condenaba las políticas de Rusia en Ucrania.
La resolución fue aprobada por 66 votos contra 19 y 72 abstenciones.
La resolución expresó «gran preocupación por la progresiva militarización de Crimea» y pidió a Moscú que «ponga fin a su ocupación temporal del territorio de Ucrania».
Esta votación contra Rusia se produjo menos de dos semanas después de Rusia, que a menudo se abstiene de votar en las resoluciones de la Asamblea General de la ONU que son importantes para Israel, emita su voto en contra de una resolución que condenaba a Hamás. Esa resolución no logró reunir la mayoría de dos tercios necesaria para pasar.
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores no quiso comentar si los dos votos estaban conectados, y no hubo una explicación inmediata de por qué Israel votó en contra de Rusia, algo que, debido a un interés realpolitik (política basada en intereses prácticos) en no querer antagonizar a Moscú, Israel se ha abstenido en gran medida de hacerlo en el pasado.
En 2014, se informó que Estados Unidos estaba furioso con Israel por no haber votado a favor de una resolución que condenaba a Rusia por su anexión de Crimea. Esa votación pasó 100-11, con 58 abstenciones. Israel no se presentó a la votación, y el motivo dado en ese momento era que el Ministerio de Relaciones Exteriores estaba en huelga.
Moscú había tomado nota de la posición de Israel sobre el tema ucraniano, con el entonces embajador en Israel, Alexander Shein, alabando la neutralidad de Israel durante una entrevista con The Jerusalén Post, agregó que espera que esto «refleje el hecho de que Israel se preocupa por el futuro de sus relaciones con Rusia».