Como organismo responsable de mantener las normas sanitarias mundiales, se supone que la Organización Mundial de la Salud (OMS), patrocinada por las Naciones Unidas, debe adoptar un enfoque ecuánime al tratar con todos los Estados miembros, independientemente de lo poderosos que sean.
Por esta razón, el flagrante sesgo prochino que la organización ha mostrado en su respuesta a la pandemia de coronavirus ha planteado una serie de serias dudas sobre el manejo de la crisis por parte de la OMS.
Según los términos de la constitución de la OMS, que establece la estructura de gobierno y los principios de la agencia, la organización con sede en Ginebra está encargada de asegurar “el logro por parte de todos los pueblos del más alto nivel de salud posible”.
La acusación hecha por la Administración Trump, de que el organismo mundial se ha convertido en “centrado en China” y ha sido “parcial” en sus tratos con Beijing por la pandemia, sugiere por lo tanto que la organización ha fallado en su deber de tratar a todos los estados miembros por igual.
Esto ha llevado al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a amenazar con recortar la financiación de la OMS, una medida que podría resultar desastrosa para la organización, ya que los Estados Unidos son su principal patrocinador financiero.
La crítica del presidente Trump a la OMS se reflejó en un duro post en Twitter esta semana, en el que escribió:
“La O.M.S. realmente lo arruinó. Por alguna razón, financiada en gran parte por los Estados Unidos, pero muy centrada en China. Le daremos un buen vistazo a eso. Afortunadamente rechacé su consejo de mantener nuestras fronteras abiertas a China desde el principio. ¿Por qué nos dieron una recomendación tan defectuosa?”.
¿Por qué, en efecto?
Trump repitió las acusaciones en una reunión informativa de la Casa Blanca el martes. “Lo calificaron mal. Ellos realmente… perdieron la oportunidad”, dijo el presidente. “Y vamos a retener el dinero gastado en la OMS. Vamos a poner un control muy poderoso sobre ella y luego vamos a ver”.
La profundización de la disputa entre Washington y la OMS llega en un momento en que Estados Unidos tiene que hacer frente al empeoramiento de la cifra de muertos mientras los chinos celebran mientras los ciudadanos de Wuhan, la ciudad china donde se dice que se originó el virus, empiezan a volver a la vida normal después de experimentar un bloqueo total impuesto por el régimen autoritario de China que ha durado más de dos meses.
En contraste, los Estados Unidos están siendo particularmente afectados por la pandemia, con el estado de Nueva York reportando el martes su mayor incremento en un solo día con 731 muertes.
La Administración Trump opina cada vez más que los EE.UU. no estarían sufriendo tanto si la OMS hubiera sido más rigurosa en sus tratos con Beijing cuando el brote se detectó por primera vez en Wuhan a finales de 2019.
Además, gran parte de la culpa del terrible desempeño de la OMS durante el brote se atribuye al Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la OMS. Antiguo ministro de salud de Etiopía, se dio a conocer en su país de origen cuando fue miembro del politburó del Frente de Liberación Popular Tigre Marxista-Leninista.
El Dr. Tedros fue anteriormente un gran admirador del ex dictador rodoviano Robert Mugabe, llegando incluso a nombrarlo embajador de buena voluntad de la OMS, decisión que se vio obligado a revocar a raíz de una protesta internacional.
Al igual que el Sr. Mugabe, el Dr. Tedros ha disfrutado de una buena relación con el partido comunista gobernante de China, y ganó las elecciones para su puesto actual tras recibir el apoyo de China en las elecciones de mayo de 2017.
Su larga relación con Beijing podría ayudar a explicar por qué la OMS ha sido tan complaciente con China a pesar de que la pandemia de coronavirus se originó en Wuhan. En lugar de criticar a Pekín por sus intentos iniciales de encubrir el brote, el Dr. Tedros elogió al presidente chino Xi Jinping por su “muy raro liderazgo”, y a China por mostrar “transparencia” en su respuesta al virus.
Muchas naciones, incluidos los Estados Unidos y Reino Unido, creen que la reticencia del Dr. Tedros a enfrentarse a China por su manejo del brote de coronavirus es la razón por la que ahora se ha convertido en una pandemia, ya que la mayoría de los países occidentales se ven obligados a introducir medidas de bloqueo en un tardío intento de limitar la propagación del virus.
No es sorprendente que el Dr. Tedros se enfrente a llamamientos generalizados a dimitir, sobre todo en los Estados Unidos, donde los políticos estadounidenses dicen que confió demasiado en los informes de Pekín sobre el alcance de la propagación de la enfermedad.
Ciertamente, si las investigaciones sobre el brote concluyen que las devastadoras consecuencias globales podrían haberse evitado si el Dr. Tedros hubiera actuado de otra manera, entonces el jefe de la OMS no tendrá más remedio que presentar su dimisión.