La Corte Internacional de Justicia considera que el argumento central de Israel respecto a la legislación contra la UNRWA carece de sustento, al sostener que la organización ya no cumple un papel imparcial o neutral. El tribunal sostiene que no existe evidencia que demuestre que la UNRWA haya incumplido los requisitos de imparcialidad establecidos en el artículo 59 de la Cuarta Convención de Ginebra, los cuales se refieren específicamente a la ausencia de discriminación en la entrega de ayuda y servicios humanitarios.
El tribunal puntualiza que la neutralidad no constituye un requisito explícito del artículo 59, aunque reconoce que puede servir como referencia para evaluar la imparcialidad. Asimismo, indica que “la información ante el tribunal no es suficiente” para confirmar que la UNRWA carezca de neutralidad como organización.
Israel sostuvo ante la CIJ que la UNRWA ha sido víctima de “infiltración generalizada por parte de organizaciones terroristas”, y reportó la presencia de “centros de comando y control, escondites e instalaciones de almacenamiento de armas de Hamás” dentro o en las inmediaciones de al menos 32 instalaciones de la UNRWA. Entre estas se incluyen escuelas, almacenes, complejos y apartamentos situados en Gaza durante la guerra actual.
El país también subrayó que varios empleados de la UNRWA participaron en las masacres perpetradas el 7 de octubre de 2023 por Hamás y otros grupos terroristas; que altos mandos militares de Hamás integraban el personal de la UNRWA; y que más de 1.400 de los aproximadamente 13.000 trabajadores de la UNRWA en Gaza eran miembros de Hamás u otros grupos terroristas.
A partir de estos hechos, Israel concluyó que la UNRWA no mantiene imparcialidad ni neutralidad, y que su accionar constituye una violación de los artículos 1 y 2 de la Carta de las Naciones Unidas. Esto implicaría que Israel no tiene obligación de permitir la continuación de sus operaciones en la región.
