Veinte camiones con alimentos ingresarán hoy a la Franja de Gaza, según un funcionario de la ONU que habló bajo anonimato, dado que no tiene autorización para informar a la prensa. Las autoridades israelíes no emitieron comentarios al respecto.
En el cruce de Kerem Shalom, un fotógrafo de The Associated Press observó al menos tres camiones cargados con ayuda humanitaria en el lado israelí, listos para entrar a Gaza. Este movimiento marca la reanudación de las entregas, suspendidas desde marzo.
El primer ministro Benjamin Netanyahu confirmó que Israel retomó la asistencia para prevenir una crisis de hambruna que podría erosionar el apoyo internacional a su campaña militar. Explicó que la presión externa ha alcanzado niveles críticos, aunque los centros de distribución seguros, diseñados por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para evitar que Hamás controle la ayuda, aún no funcionan plenamente.
Senadores estadounidenses, aliados de Israel, manifestaron inquietud por imágenes de hambruna en Gaza, según relató Netanyahu en un video publicado en Telegram. “Nos piden asistencia para ganar la guerra, pero rechazan escenas de hambre”, afirmó, destacando la importancia de preservar el respaldo de socios globales.
Hasta que los centros de distribución estén operativos, Israel garantizará una ayuda mínima a Gaza, señaló Netanyahu. Esta medida busca impedir una hambruna masiva que comprometa los objetivos de derrotar a Hamás y liberar rehenes. La reanudación responde a críticas internacionales y a la necesidad de mantener el apoyo global.

Netanyahu reveló que las entregas previas se detuvieron tras descubrir que Hamás desviaba los suministros. En colaboración con Estados Unidos, Israel diseñó un sistema de distribución con centros protegidos por las FDI, supervisados por contratistas estadounidenses para evitar que la ayuda beneficie a Hamás.
La implementación de estos centros tomará algunos días, admitió Netanyahu, quien aseguró que los primeros estarán listos pronto. A largo plazo, Israel planea establecer una zona humanitaria en Gaza bajo su control, donde los civiles recibirán asistencia de manera segura.
Israel mantiene su compromiso de controlar totalmente Gaza, afirmó Netanyahu. “Lo lograremos”, destacó, reafirmando su determinación de cumplir los objetivos militares.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, aseguró que la ayuda aprobada no llegará a Hamás. En una declaración televisada, defendió su permanencia en el gobierno y reiteró que su prioridad es destruir al grupo terrorista.
Líder del partido Sionismo Religioso, Smotrich destacó su rol en la interrupción de miles de camiones que, según él, Hamás confiscaba para generar ganancias millonarias. Insistió en que la reanudación de la ayuda es una estrategia para debilitar al enemigo, no una concesión a presiones externas.
La suspensión de la ayuda durante dos meses y medio presionó a Hamás, lo que Smotrich consideró efectivo. Sin embargo, advirtió que esta presión debe moderarse para evitar acusaciones internacionales de provocar hambruna. Propuso un sistema privado que supervise la entrega de alimentos y medicinas esenciales.
Este mecanismo, según Smotrich, garantiza que la ayuda no beneficie a Hamás y protege a Israel de acusaciones de crímenes de guerra en instancias como el Consejo de Seguridad o el Tribunal de La Haya. Contradijo a funcionarios que sugirieron mantener los métodos previos de distribución, afirmando que su plan ya está en marcha.

La ayuda se limitará a lo básico: panaderías que distribuyan pitas y cocinas públicas que proporcionen una ración diaria de comida. “Los civiles recibirán una pita y un plato de comida, nada más”, afirmó Smotrich, asegurando que esto permitirá a Israel mantener el respaldo internacional mientras continúa su ofensiva.
Smotrich elogió la intensificación de las operaciones de las FDI en Gaza, destacando que el ejército ahora captura y retiene áreas hasta erradicar a Hamás, destruyendo lo que describió como una “ciudad de terror”. También mencionó un plan para reubicar a la población de Gaza al sur de la Franja y luego al extranjero, alineado con propuestas atribuidas al presidente Donald Trump.
En su discurso, Smotrich criticó a rivales políticos que, según él, buscan superarlo con filtraciones y campañas. También atacó a los medios y a la izquierda, acusándolos de promover el fin de la guerra y la rendición ante Hamás. Admitió que competir por una postura más derechista habría sido políticamente ventajoso, pero afirmó priorizar la guerra.
Finalmente, instó a Netanyahu a liderar con claridad y explicar al público la necesidad de reanudar la ayuda, evitando que rumores y filtraciones generen confusión entre la población y los combatientes.