El jueves 23 de junio, sesenta y cinco países firmantes del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares emitieron una carta en la que condenan “todas y cada una de las amenazas nucleares, ya sean explícitas o implícitas e independientemente de las circunstancias”.
El anuncio se produjo en la primera Reunión de Estados Partes del Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, organizada por las Naciones Unidas (ONU), y también pidió que el mundo “avance en su aplicación, con el objetivo de seguir estigmatizando y deslegitimando las armas nucleares y de construir de forma constante una sólida norma perentoria mundial contra ellas”.
El Asahi Shimbun informó sobre la conferencia, que tuvo lugar esta semana en Viena.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se dirigió a la conferencia en un mensaje de vídeo.
“Hoy, las aterradoras lecciones de Hiroshima y Nagasaki se desvanecen en la memoria”, dijo el jefe de la ONU en el mensaje. “La perspectiva de un conflicto nuclear, antes impensable, vuelve a estar dentro del ámbito de lo posible”.
La directora ejecutiva de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), Beatrice Fihn, elogió la carta. “Se trata de la condena más enérgica de las amenazas nucleares por parte de una conferencia multilateral de la ONU, y muestra un compromiso sin precedentes por parte de una alianza mundial de Estados, supervivientes de detonaciones nucleares, organizaciones internacionales y la sociedad civil para prevenir la guerra nuclear y eliminar las armas nucleares”.
La Directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines, declaró ante el Comité de Servicios Armados del Senado el mes pasado y advirtió que el presidente ruso, Vladimir Putin, podría recurrir a medidas “imprevisibles y drásticas” si la guerra se prolonga.
“Los próximos meses podrían vernos avanzar por una trayectoria más impredecible y potencialmente escaladora”, incluyendo “un periodo de toma de decisiones más ad hoc” por parte de Rusia, advirtió Haines, según informó entonces el New York Post.
“Y si Putin percibe que Estados Unidos hace caso omiso de sus amenazas, puede intentar señalar a Washington el mayor peligro de su apoyo a Ucrania autorizando otro gran ejercicio nuclear”.
A principios de esta semana, Putin advirtió que los misiles nucleares RS-28 Sarmat de Rusia podrían desplegarse en unos meses. La OTAN ha bautizado esas armas como los misiles “Satán-2”.
“El misil balístico intercontinental pesado Sarmat fue probado con éxito”, dijo Putin al dirigirse a los graduados de las academias militares rusas en Moscú, según el New York Post. “Está previsto que a finales de este año, el primer complejo de este tipo sea puesto en servicio de combate”.
Rusia probó los misiles en abril y el país ha dicho que pronto tendrá cincuenta de ellos.
“Si Estados Unidos amenaza a nuestro Estado, es bueno: aquí está el Sarmat [misil Satan-2] para ustedes, y habrá cenizas nucleares de ustedes si piensan que Rusia no debe existir”, dijo esta primavera Aleksey Zhuravlyov, vicepresidente del comité de defensa del parlamento ruso, según el Post. “Y Finlandia dice que está a una con Estados Unidos. Pues ponte a la cola”.