Un ataque israelí provocó un corte de energía que probablemente destruyó o dañó severamente las aproximadamente 15.000 centrifugadoras de la mayor planta de enriquecimiento de uranio de Irán, ubicada en Natanz, según afirmó Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en una entrevista con la BBC el lunes.
Grossi había indicado previamente que las centrifugadoras de la instalación subterránea de Natanz podrían haber sufrido daños tras un ataque aéreo que interrumpió su suministro eléctrico, aunque la sala principal de la planta no resultó directamente impactada. En su declaración más reciente, el jefe del OIEA fue categórico: “Nuestra evaluación señala que, tras la pérdida abrupta de energía externa, es altamente probable que las centrifugadoras hayan sufrido daños graves o hayan quedado completamente destruidas”.
El director del organismo nuclear profundizó en sus comentarios durante la entrevista, superando la información compartida horas antes en una reunión extraordinaria de la Junta de Gobernadores de las 35 naciones miembro del OIEA. “Considero que los daños se produjeron en el interior de la instalación”, afirmó.
Las centrifugadoras, máquinas delicadas que operan a velocidades extremadamente altas, son particularmente vulnerables a interrupciones en el suministro eléctrico. Un corte de energía, como el causado por el ataque, pone en riesgo su funcionamiento y estabilidad.
Los ataques aéreos de Israel han inhabilitado al menos dos de las tres plantas de enriquecimiento de uranio activas en Irán. Grossi reiteró ante la junta que la planta piloto de enriquecimiento de Natanz también resultó destruida, confirmando el alcance devastador de las operaciones israelíes contra el programa nuclear iraní.