El Centro Americano para la Ley y la Justicia (ACLJ) ha presentado un informe a la oficina del relator especial de la ONU sobre la libertad de religión y creencia, pidiendo al organismo mundial que adopte la definición de trabajo de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA).
El informe se presentó después de que el relator especial, Ahmed Shaheed, pidiera a las ONG’s que presentaran informes sobre la discriminación en la ley y en la práctica contra las comunidades religiosas y de creencias minoritarias, así como sobre los efectos de dicha discriminación y recomendaciones para su solución. Esto ocurre cuando Shaheed estaba preparando un informe sobre el progreso hacia el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 (SDG 16), la eliminación de la intolerancia y la discriminación en la religión o las creencias, que presentará a la 75ª Asamblea General de las Naciones Unidas.
Shaheed ya se ha pronunciado anteriormente contra el antisemitismo, incluso en su informe del 2019 a la Asamblea General titulado “la violencia, la discriminación y las expresiones de hostilidad motivadas por el antisemitismo como un grave obstáculo para el disfrute del derecho a la libertad de religión o de creencias”.
“El propósito de nuestro informe es instar a la ONU a adoptar la definición de trabajo de la IHRA de antisemitismo”, afirmó el ACLJ en una declaración.
En mayo del 2016, los 31 países miembros de la IHRA adoptaron la definición de trabajo de antisemitismo, que menciona: “El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos, que puede ser expresada como odio hacia ellos. Las manifestaciones retóricas y físicas del antisemitismo se dirigen a personas judías o no judías y/o a sus propiedades, a las instituciones de la comunidad judía y a las instalaciones religiosas”.
El informe analiza la precedencia histórica del antisemitismo tanto en la sociedad como en la política oficial del gobierno a lo largo de la historia, y sostiene que “las estadísticas recientes sobre los casos de antisemitismo son bastante sorprendentes y deberían ser motivo de gran preocupación internacional”.
Desde entonces, varios otros países han adoptado la definición, incluso para uso de política interna. Ello refleja un importante esfuerzo realizado en los últimos años, a medida que aumentan los casos de antisemitismo en países de todo el mundo, para convencer a más países de que adopten la definición.
En el informe se enumeran ejemplos de antisemitismo a nivel gubernamental e institucional en Europa, los Estados Unidos y Medio Oriente, entre ellos las prohibiciones efectivas del sacrificio de animales kosher; los boicots económicos europeos a los bienes israelíes; la conversión de sinagogas en Argelia en bibliotecas; el ultimátum a los judíos de Yemen para que se conviertan al Islam o abandonen el país; y el asesinato y encarcelamiento de judíos por el gobierno iraní.
“Esas medidas gubernamentales alimentan el odio de la sociedad hacia los judíos y conducen a la discriminación y la violencia por parte de los individuos”, señaló el ACLJ, y añadió que “esperamos que nuestro informe refuerce la labor del relator especial contra el antisemitismo y le ayude en su esfuerzo por incorporar las mejores prácticas de las Naciones Unidas en la lucha contra una de las formas de odio más antiguas del mundo y contribuya a alcanzar nuestro objetivo colectivo de eliminar la intolerancia y la discriminación basadas en la religión o las creencias”.