La Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que condena los abusos contra los derechos humanos de los musulmanes rohingya y otras minorías en Myanmar. Además, la resolución pide a Myanmar que luche también contra la incitación al odio contra otras minorías, según fuentes de los medios de comunicación. Los abusos de los derechos humanos expuestos en la resolución incluyen la tortura, la violación y los arrestos aleatorios, informó The Guardian.
La resolución expresa “profunda consternación por los informes que indican que personas desarmadas en el Estado de Rakhine han sido y siguen siendo objeto de uso excesivo de la fuerza y de violaciones del derecho internacional de los derechos humanos [y] del derecho internacional humanitario por parte del ejército y las fuerzas armadas y de seguridad”, según The Guardian. También pidió al gobierno de Myanmar “que agilice los esfuerzos para eliminar la apatridia y la discriminación sistemática e institucionalizada”.
El embajador de Myanmar ante la ONU, Hau Do Suan, calificó la resolución como “otro ejemplo clásico de doble rasero [y] aplicación selectiva y discriminatoria de las normas de derechos humanos”. Añadió que la resolución “sembrará semillas de desconfianza y creará una mayor polarización de las diferentes comunidades de la región”, según múltiples fuentes de los medios de comunicación.
El conflicto entre Myanmar y sus ciudadanos rohingya comenzó cuando el ejército del país inició una campaña en 2017, en respuesta a un ataque por Internet llevado a cabo por un grupo rohingya, según The Guardian. Esta campaña obligó a los rohingya a ir a Bangladesh; los que escaparon acusaron a las fuerzas de seguridad de destruir hogares y llevar a cabo violaciones y asesinatos en masa. La preocupación por el éxodo de los rohingya a Bangladesh también se expresó en la resolución.
“A pesar de que los rohingya han vivido en Myanmar durante generaciones, la mayoría budista del país a menudo los considera ‘bengalíes’ de Bangladesh”, informó The Guardian, añadiendo que a casi todos los rohingya se les ha negado la ciudadanía de Myanmar desde 1982.
Las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas no son vinculantes, pero a menudo se dice que reflejan las opiniones del mundo.