Esta semana, numerosos países, académicos y organizaciones de derechos humanos presentaron argumentos legales, ya sea apoyando o rechazando la autoridad de la Corte Penal Internacional (CPI) para emitir órdenes de arresto en el marco de la investigación sobre la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás en Gaza.
Estos escritos llegan mientras un grupo de jueces evalúa una solicitud presentada en mayo por el fiscal jefe de la CPI, que busca órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y tres líderes de Hamás. De estos, solo uno, Yahya Sinwar, sigue con vida.
La considerable cantidad de presentaciones podría retrasar la decisión de los jueces sobre la emisión de las órdenes de arresto solicitadas por Khan. El fiscal Khan acusa al primer ministro y al jefe de defensa de Israel de atacar a civiles en Gaza y de usar el hambre como método de guerra.
Israel rechaza rotundamente estas acusaciones, destacando la baja proporción de víctimas civiles en comparación con los combatientes en Gaza, mencionando el uso de civiles como escudos humanos por parte de Hamás, y subrayando sus esfuerzos para aumentar la ayuda humanitaria al enclave, aunque esta suele ser saqueada por grupos terroristas.
Khan también ha solicitado órdenes de arresto contra los líderes de Hamás, Muhammad Deif, Ismail Haniyeh y Yahya Sinwar, acusándolos de crímenes contra la humanidad, como asesinatos, toma de rehenes y tortura, tanto durante la guerra como en el ataque del 7 de octubre, cuando miles de terroristas de Hamás irrumpieron en el sur de Israel, matando a unas 1.200 personas y tomando 251 rehenes.
Según informes de Israel, Deif, quien era entonces comandante del ala militar de Hamás, murió en un ataque aéreo israelí en Gaza el mes pasado. Haniyeh, líder político del grupo en ese momento, fue asesinado en Teherán la semana pasada en una explosión de la que Israel no se ha atribuido responsabilidad. Sinwar, uno de los principales responsables del ataque del 7 de octubre, ha sido designado sucesor de Haniyeh.
Los argumentos legales presentados se centran en si la CPI tiene el poder para emitir órdenes de arresto contra líderes israelíes, dado que los Acuerdos de Oslo de 1993 establecen que los palestinos no tienen jurisdicción penal sobre ciudadanos israelíes.
Entre los más de 50 documentos presentados, existe una división de opiniones sobre si, bajo estos acuerdos, los palestinos pueden delegar a la CPI el poder de emitir órdenes de arresto. Israel no presentó documentos escritos, pero su aliado, Estados Unidos, sí lo hizo, argumentando que los Acuerdos de Oslo “preservaron en Israel la jurisdicción exclusiva sobre los actos cometidos por ciudadanos israelíes, por lo que los palestinos no pudieron delegar a la Corte una jurisdicción que nunca tuvieron”.
Otros expertos advirtieron a los jueces que no adopten esta interpretación de los acuerdos. Adil Haque, profesor de derecho en la Universidad Rutgers, Nueva Jersey, escribió que “la teoría de la ‘delegación’ fragmentaría la jurisdicción de la Corte en 124 partes, moldeadas de forma irregular por miles de leyes nacionales y acuerdos internacionales”.
La CPI mantiene jurisdicción en Palestina pese a controversias sobre su soberanía
En 2021, la Sala de Cuestiones Preliminares I del tribunal decidió que, aunque el Estado de Palestina no es un Estado soberano, la Corte Penal Internacional (CPI) tenía autoridad sobre cualquier presunta violación del Estatuto de Roma, el documento fundacional de la CPI, en Judea y Samaria, Jerusalén Oriental y Gaza. Esta resolución fue polémica.
Juristas como el abogado Owiso Owiso señalaron que la cuestión “fue resuelta de manera autorizada en 2021 y no debería haberse reabierto”. Owiso calificó esta situación como “un ejercicio académico en el mejor de los casos y una enorme pérdida de tiempo y recursos en el peor”.
Actualmente, la CPI tiene 124 Estados miembros, entre los cuales se incluye al Estado de Palestina. Sin embargo, Israel y Estados Unidos no son parte de este organismo y no reconocen su autoridad.
En un documento presentado, los palestinos advirtieron que aceptar el argumento en contra de la jurisdicción de la CPI “daría inicio a una nueva y retrógrada era en el orden internacional, donde la política y la impunidad predominarían sobre la justicia y la rendición de cuentas”.
El Reino Unido, que inicialmente intentó presentar un escrito, retiró su solicitud el mes pasado tras la llegada al poder del nuevo primer ministro Keir Starmer, quien reemplazó al Partido Conservador de Rishi Sunak luego de una aplastante victoria electoral. La solicitud original del Reino Unido, hecha en junio por la administración anterior, desató una serie de presentaciones que ahora están bajo revisión.
Paralelamente, en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Sudáfrica, aliado histórico de los palestinos, ha acusado a Israel de genocidio durante la guerra de Gaza. Este caso, también en La Haya, podría tomar años en resolverse, y ha sido negado rotundamente por Israel.