La delegación israelí en la ONU se sorprendió recientemente al descubrir que un programa de conmemoración del Holocausto patrocinado por la ONU dedica una conferencia al trato que Israel da a la población beduina del desierto del Néguev como una historia de “desarraigo y confiscación”.
La conferencia está prevista para dentro de unos dos meses.
Una invitación al evento dice que un panel “investigará el carácter único de la resistencia beduina, la historia de la urbanización forzosa [por parte de Israel] y la situación de los pueblos beduinos no reconocidos”.
La invitación, enviada recientemente por el departamento de comunicaciones de la ONU, provocó una considerable indignación.
El embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, se dirigió urgentemente al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, objetando lo que llamó la “profanación” del evento a la memoria de las víctimas del Holocausto.
Erdan dijo a Guterres que la ONU estaba patrocinando un evento “nauseabundo” que profanaba la memoria del Holocausto y sus víctimas, a través de “la misma organización de la ONU” cuyo deber era preservar y conmemorar la memoria de esas víctimas.
Erdan exigió que la ONU retirara su patrocinio de la conferencia y creara una comisión de investigación que impidiera a la ONU participar en actos similares en el futuro. Erdan dijo que también quería que la ONU tomara medidas contra los funcionarios implicados en la conferencia.
Además, Erdan dijo que utilizar el programa de educación sobre el Holocausto de la ONU en el contexto del genocidio para promover ataques contra Israel era “cínico y exasperante”.