Israel ha notificado formalmente al organismo de cultura y educación de la ONU sobre su retirada de la organización, dos meses después de que anunció que seguiría a los Estados Unidos al dejar de lado las resoluciones críticas al estado judío.
En un comunicado, la directora de la UNESCO, Audrey Azoulay, dijo que había sido notificada oficialmente el viernes de que Israel se iría el 31 de diciembre de 2018.
«Lamento esto profundamente, ya que tengo la convicción de que es dentro de la UNESCO y no fuera de ella que los estados pueden tratar de superar las diferencias en los campos de competencia de la organización», dijo.
El anuncio de Azoulay se produjo después de que Israel se apresurara para asegurarse de que no se vería obligado a permanecer en la organización por un año más debido a las preocupaciones de que no podría presentar la documentación necesaria a tiempo.
En una declaración el jueves, el enviado de Israel a la UNESCO Carmel Shama-Hacohen dijo que había hecho un último intento para enviar una carta formal anunciando la intención de Israel de abandonar la organización, apareciendo en la puerta de las oficinas de la agencia cultural en París con una caja de chocolates junto con la documentación. Pero no pudo encontrar a nadie dispuesto a firmar para recibir el documento, ya que las oficinas estaban cerradas por las vacaciones de fin de año.
Sin embargo, el aviso israelí pudo llegar a Azoulay al final.
Hace una semana, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que Israel abandonaría la organización, dos meses después de que los Estados Unidos anunciaran formalmente su propia retirada, en parte debido al prejuicio antiisraelí de la UNESCO.
Para irse al mismo tiempo que Estados Unidos, a fines de 2018, Israel tenía que entregar formalmente una carta de intención a Azoulay al menos con un año de anticipación.
«Hoy intentamos presentar nuestra carta de retirada formal, que pone fin a la membresía del Estado de Israel en la UNESCO», dijo Shama-Hacohen el jueves. «Fui allí hoy, junto con mi asistente, y primero les dimos a los guardias de seguridad una caja de chocolates por el nuevo año y para endulzar el hecho de que estábamos molestando».
El enviado dijo que explicó la situación a los guardias, pero ellos dijeron que no se les permitía firmar correspondencia, ni se les permitía aceptar ninguna documentación oficial.
Shama-Hacohen dijo que finalmente pudo ingresar a las oficinas de la organización, «y llegamos a un acuerdo con ellos que nos permitiría escribir en la carta que habíamos intentado dárselos, pero que se habían negado».
Luego envió por correo electrónico la carta a la directora general y ella estuvo de acuerdo en que ella vería esto como una notificación oficial de que Israel tenía la intención de irse, dijo.
Shama-Hacohen señaló la relación positiva que Israel tenía con Azoulay, quien fue nombrada nueva directora de la organización en octubre, y dijo que esperaba que lograra librar a la organización de su agenda política y «convertirla nuevamente en una organización profesional».
La UNESCO es mejor conocida por su programa de Patrimonio Mundial para proteger sitios y tradiciones culturales, pero también trabaja para combatir el extremismo violento, mejorar la educación de las niñas, promover el entendimiento del Holocausto, defender las libertades de los medios y alentar la ciencia sobre el cambio climático.
En los últimos años, sin embargo, Israel ha sido objeto de resoluciones que ignoran y disminuyen su conexión histórica con Tierra Santa y que han nombrado a los antiguos sitios judíos como sitios de herencia palestina.
Aún así, la retirada israelí contiene una disposición que señala que Jerusalén revocará la decisión si la UNESCO lleva a cabo reformas y cambia su actitud hacia Israel antes de que finalice el próximo año.