El martes, un alto funcionario israelí le dijo a Israel Hayom que “si el plan de paz planteado por la administración Trump contiene factores que van en contra de los intereses de Israel, el primer ministro [Benjamin] Netanyahu no dudará en oponerse a ellos”.
Según el funcionario, Israel ha dejado claro a Washington que sus líneas rojas sostienen, entre otras cosas, que “no se expulse a una sola comunidad o persona judía” de Judea y Samaria.
Además, en cualquier acuerdo de paz futuro, Israel exigirá el pleno control de la seguridad sobre Judea y Samaria y tratará de preservar una Jerusalén unificada.
El alto funcionario añadió que Israel tampoco aceptará el “regreso de un solo refugiado palestino a su territorio”.
“Es altamente probable” que el plan de paz de la administración Trump sea revelado en las próximas semanas o meses, estimó el funcionario, pero señaló que la decisión fue solo del presidente estadounidense Donald Trump.
Mientras tanto, la Autoridad Palestina y Hamás rechazaron el martes los informes de los medios de comunicación israelíes sobre un plan de Israel para fomentar la emigración palestina de Gaza, Judea y Samaria.
Sin embargo, los medios de comunicación árabes y palestinos prestaron considerable atención a la historia, que se basó en citas de un alto funcionario israelí.
El funcionario israelí confirmó que el plan de emigración ya estaba en marcha y que unos 35.000 palestinos se habían trasladado al extranjero desde Gaza, Judea y Samaria.
“Ese es un número bastante alto”, dijo el alto funcionario a los periodistas, añadiendo que Israel también está dispuesto a pagar por los vuelos y a utilizar el aeropuerto de Nevatim en el sur de Israel para acelerar la emigración.
El alto funcionario señaló que el Consejo de Seguridad Nacional se ha ocupado del esfuerzo durante el último año, y que el gobierno estaba actualmente en conversaciones con países de Oriente Medio y Europa para absorber a los potenciales emigrantes, pero hasta ahora ningún país ha llegado a un acuerdo.