Echando agua tibia sobre el llamado “Acuerdo del Siglo”, el presidente Reuven Rivlin dijo el miércoles que el plan de paz de la administración de Estados Unidos “podría traer una gran esperanza” a los israelíes y palestinos, pero añadió que ambas partes tendrían que estudiar la propuesta en profundidad.
Su enfoque, revelado durante un amplio discurso en el parlamento alemán en Berlín, pareció ser mucho más cuidadoso que el del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien el martes se comprometió a negociar con los palestinos sobre la base del plan, que él saludó como “la oportunidad del siglo”.
Dirigiéndose al Bundestag en hebreo con motivo del Día Internacional de la Recordación del Holocausto, Rivlin también destacó el creciente antisemitismo en toda Europa, lanzando críticas apenas veladas al partido de extrema derecha AfD de Alemania. Además, pidió a Berlín que aislara al régimen iraní en lugar de tratar de acomodarlo.
“Ayer en Washington vimos momentos que podrían traer grandes esperanzas”, dijo Rivlin, refiriéndose a la ceremonia del martes en la Casa Blanca durante la cual Netanyahu y Trump revelaron el plan de paz.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es un “valiente amigo” de Israel cuya propuesta “podría permitir a los dos pueblos renovar los canales de diálogo y avanzar hacia un futuro compartido”, continuó. “No es un asunto sencillo y ambas partes necesitan estudiar el plan en profundidad. Es un plan que exige concesiones profundas, difíciles y complejas de ambas partes, pero no debemos rendirnos”.
Por el contrario, Netanyahu celebró el martes el hecho de que el acuerdo propuesto permite a Israel aplicar su soberanía inmediatamente en grandes partes de Judea y Samaria, además de garantiza una Jerusalén unificada, mientras que a los palestinos se les promete un futuro Estado solo si cumplen una larga lista de demandas.
Tanto israelíes como palestinos tienen “sus propias ansiedades y sus propias verdades”, continuó el presidente. “Y espero que este plan se implemente teniendo en cuenta estos principios y nos lleve a una mejor realidad para todos nosotros”.
Rivlin, que había comenzado su discurso recitando la oración judía Yizkor, de la que fue autor en Alemania hace un milenio y que se dice hoy en día en memoria de los fallecidos, habló largo y tendido sobre el Holocausto y el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Berlín y Jerusalén.
“Israel y Alemania caminan juntos con tensión y coraje entre el pasado y el presente”, dijo. “Entre la obligación de recordar y no olvidar nunca, y el compromiso con el futuro, que nos dice que miremos hacia delante y trabajemos juntos sobre la base de valores e intereses compartidos”.
Alemania tiene una gran responsabilidad en la lucha contra el creciente antisemitismo, continuó Rivlin.
“La Europa de hoy en día es perseguida de nuevo por los fantasmas del pasado. Las concepciones de superioridad, pureza nacionalista, xenofobia, antisemitismo feo y descarado se extienden por toda Europa. De la derecha a la dura izquierda, el antisemitismo impregna el corazón del liderazgo europeo”, dijo.
Subrayando que el mundo no está al borde de un nuevo Holocausto, instó no obstante a los legisladores alemanes a no tomarse a la ligera “el viejo y nuevo antisemitismo, el racismo y la xenofobia dirigidos en particular contra los judíos, los musulmanes y los extranjeros, que vuelve a levantar cabeza”.
Los judíos suelen ser los primeros objetivos del “movimiento nacionalista racista que cruza fronteras y continentes”, dijo Rivlin. “Pero a veces, los partidos políticos con raíces antisemitas ocultan su odio a los judíos y declaran públicamente su odio a los musulmanes”, añadió, en una aparente referencia al populista alemán AfD, que ha sido acusado de xenofobia.
El Gobierno israelí no mantiene ningún contacto con el partido, cuyos legisladores estuvieron presentes durante su discurso e incluso le dieron al líder israelí una ovación de pie al final de sus observaciones.
Durante el discurso de Rivlin, al que asistieron la Canciller Angela Merkel, el presidente Frank-Walter Steinmeier y el ministro de Relaciones Exteriores Heiko Maas, Rivlin se refirió a los cálidos vínculos del Gobierno alemán con el Irán y pidió que se aislara a la República Islámica.
“No tenemos el privilegio de ignorar ni la política ni la retórica de los líderes iraníes. Todos sabemos bien la retórica que predica el odio, el odio a Israel, para destruirlo, lo peligroso que es. Todos conocemos su poder”, dijo.
Israel se enfrenta a una amenaza existencial por parte de Irán, cuyos líderes declaran repetidamente la destrucción del estado judío como uno de sus principales objetivos políticos, dijo Rivlin.
“Frente a una visión política como ésta, un liderazgo como éste, solo hay una posibilidad: Debemos aislarlo y denunciarlo hasta que sus aspiraciones asesinas hayan sido derrotadas”, concluyó.