ANTECEDENTES
Tanto los israelíes como los palestinos han sufrido mucho por su largo y aparentemente interminable conflicto. Durante casi un siglo, los líderes internacionales, diplomáticos y académicos han debatido los problemas y han intentado resolver este conflicto. El mundo ha cambiado enormemente durante este período, al igual que los desafíos de seguridad a los que se enfrenta el Oriente Medio. Muchas de las cuestiones en disputa han permanecido en gran parte iguales, y obstinadamente intratables. Ha llegado el momento de poner fin al conflicto y de liberar el vasto potencial humano y la oportunidad económica que la paz traerá a los israelíes, los palestinos y la región en su conjunto.
A lo largo de los decenios se han presentado muchas propuestas e ideas, pero algunos elementos de esos planes eran inalcanzables dadas las realidades sobre el terreno y en el Oriente Medio en general. Si bien ningún plan dará a ninguna de las partes todo lo que quiere, lo que sigue es nuestra opinión del mejor, más realista y más alcanzable resultado para las partes.
Los palestinos tienen aspiraciones que no se han realizado, entre ellas la libre determinación, la mejora de su nivel de vida, la mejora social y un lugar respetado en la región, así como entre las naciones del mundo. Muchos palestinos desean la paz y reconocen las enormes oportunidades económicas y los beneficios sociales que les esperan si se pueden normalizar las relaciones con el Estado de Israel. Gaza es una situación muy complicada. Está bajo el control de Hamás, una organización terrorista, y, como resultado de las políticas de Hamás, se está acercando a una crisis humanitaria. Ha llegado el momento de ayudar a los palestinos a lograr un futuro esperanzador y próspero y permitirles unirse a la comunidad de naciones.
El Estado de Israel ha hecho la paz con dos de sus vecinos. Hizo la paz con la República Árabe de Egipto en 1979 y con el Reino Hachemita de Jordania en 1994, dos países con los que el Estado de Israel había librado varias guerras y numerosas escaramuzas fronterizas. El Estado de Israel también ha intercambiado territorios considerables en aras de la paz, como lo hizo cuando se retiró de la Península del Sinaí a cambio de la paz con la República Árabe de Egipto. Aunque los ciudadanos israelíes han sufrido mucho como resultado de la violencia y el terrorismo, los israelíes siguen deseando la paz. Estos dos acuerdos de paz, que ahora tienen 40 y 25 años, han soportado y mejorado la vida de los ciudadanos de Israel, Jordania y Egipto.
El conflicto entre el Estado de Israel y los palestinos ha impedido que otros países árabes normalicen sus relaciones y busquen conjuntamente una región estable, segura y próspera. Una de las razones de la insolubilidad de este problema es la combinación de dos conflictos separados: una disputa territorial, de seguridad y de refugiados entre Israel y los palestinos y una disputa religiosa entre Israel y el mundo musulmán en relación con el control de lugares de importancia religiosa. La ausencia de relaciones formales entre Israel y la mayoría de los países musulmanes y árabes no ha hecho sino exacerbar el conflicto entre israelíes y palestinos. Creemos que, si más países musulmanes y árabes normalizan las relaciones con Israel, ello ayudará a avanzar en una solución justa y equitativa del conflicto entre israelíes y palestinos, e impedirá que los radicales utilicen este conflicto para desestabilizar la región.