El Ministerio de Salud instó el martes a los padres a vacunar a sus hijos después de un aumento masivo en el número de casos de sarampión hasta el momento en 2018.
Desde el comienzo del año, se han notificado 262 casos de sarampión, en comparación con solo nueve en todo el año 2016, y 33 casos en 2017, según las cifras publicadas en el sitio web del ministerio.
El ministerio dijo que el 90 por ciento de los casos eran personas que no habían sido vacunadas o que habían estado en contacto con personas que no habían sido vacunadas.
La vacunación es un 97% efectiva en la prevención de la enfermedad para aquellos que reciben la primera dosis a los 12 meses y una dosis de refuerzo en primer grado, dijo el ministerio.
Antes del nuevo año escolar, el ministerio instó a todos los padres a asegurarse de que sus hijos hayan sido vacunados adecuadamente.
Dijo que el sarampión podría dejar un daño duradero, y que resultó fatal en promedio para uno de cada 1,000 niños que contrajeron la enfermedad.
Datos de la Organización Mundial de la Salud muestran que el sarampión mata a aproximadamente 134,000 niños al año.
Las preocupaciones sobre la vacuna MMR (sarampión, paperas y rubéola) surgieron en 1998 cuando un estudio británico, desde que se desacreditó, lo relacionó con el autismo.
Si bien se descubrió que el estudio era un fraude y se desacreditó el vínculo con el autismo, las tasas de vacunación disminuyeron en algunos países, ya que los padres impiden que los niños reciban sus vacunas.
La semana pasada, investigadores estadounidenses dijeron que los trols y bots rusos en Twitter habían intentado influir en el debate en los Estados Unidos sobre la seguridad de las vacunas.
«¿Sabía que hay una base de datos secreta del gobierno de niños dañados por la vacuna? #VaccinateUS», dijo uno de los tweets mencionados en la Revista americana de salud pública.
Investigadores de la Universidad George Washington, la Universidad de Maryland y la Universidad Johns Hopkins estudiaron la frecuencia de las menciones de vacunas por cuentas sospechosas de ser robots automatizados, o cuentas vinculadas a campañas de propaganda rusas, particularmente la Agencia de Investigación de Internet vinculada al Kremlin.
El estudio mostró que «las comunicaciones de salud se han convertido en ‘armas’: los problemas de salud pública, como la vacunación, se incluyen en los intentos de difundir desinformación por parte de las potencias extranjeras«.