El sábado por la noche volvieron a celebrarse manifestaciones de izquierda contra el gobierno de derecha del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Una de las líderes de la protesta, Shikma Bresler, culpó al gobierno de los disturbios en el sur de Tel Aviv: “Quiero dar las gracias a los policías que hoy han vuelto a pagar un alto precio por la negligencia del gobierno de Netanyahu. Hay un responsable del caos que se ha vivido hoy en Tel Aviv. En 2018 hubo un acuerdo que podría haber devuelto a la mayoría de los eritreos a su país y Netanyahu se retiró del acuerdo por culpa de los kahanistas racistas. Por enésima vez, los mejores intereses del país no estaban en la mente de los que toman las decisiones”.
El profesor Hagai Levin dijo esta tarde en una manifestación en Haifa: “El gobierno enfermo nos está llevando al colapso de los sistemas nacionales. El gobierno está destruyendo los sistemas de seguridad, la seguridad personal, la ley, la economía, la educación y sí, también la sanidad. En el actual gobierno ha aumentado drásticamente el número de personas asesinadas, tanto por terrorismo como por violencia, árabes y judíos, mujeres y hombres. En lugar de prevenir la violencia, el ministro Ben-Gvir la fomenta. En lugar de apagar incendios, el gobierno se dedica a avivarlos. El país está en una situación crítica, con los sistemas colapsados”.
Miki Goldwasser, madre del soldado Udi Goldwasser, secuestrado y asesinado, dijo al final de su discurso en la manifestación de Haifa: “Iría al menos una vez a la semana a la tumba de mi hijo. Hoy no voy. Estoy avergonzada. ¿Qué le voy a decir? Quizá gracias a ustedes vuelva a visitar la tumba de mi hijo”.