En una sesión del comité de la Knéset, líderes árabes expresaron su preocupación por el aumento de amenazas de organizaciones criminales contra ellos, en medio de una escalada en la tasa de homicidios dentro de la sociedad árabe.
Yoav Segalovich, diputado de Yesh Atid y exoficial de policía, convocó la reunión tras el hallazgo de una bomba en el ayuntamiento de Rahat, ciudad beduina del sur. Durante su intervención, reveló que el alcalde de Rahat, Talal Alkernawi, le envió una carta detallando “34 casos de acoso” dirigidos contra él, su familia y la ciudad. Segalovich destacó que la bomba apareció apenas dos días después de recibir esa comunicación.
Talal Alkernawi, presente en la reunión, afirmó que el explosivo representa solo el más reciente de múltiples atentados contra su vida desde que asumió el cargo. “Prometí seguridad a los residentes, pero no puedo cumplir esa promesa”, declaró, e instó a la policía a reforzar sus acciones contra el crimen en las comunidades árabes.
Hatem Shibli, líder del consejo local de Shibli-Umm al-Ghanam, señaló que requiere protección constante de guardias de seguridad debido al temor por su integridad. Según él, los alcaldes y jefes de consejos locales constituyen las “figuras más vulnerables y amenazadas” en este contexto.
Ahmad Nassar, alcalde de Arraba, participó vía Zoom y relató que el invierno pasado la policía elevó su nivel de amenaza de 4 a 6 tras varios disparos contra su vivienda. Nassar cuestionó la capacidad de las autoridades para enfrentar a los delincuentes locales.
Por su parte, el diputado druso Hamad Amar, de Yisrael Beytenu, expresó su frustración ante la ausencia de altos cargos policiales en la sesión. “Si podemos alcanzar a un oficial en Irán, ¿no podemos detener a un criminal que ataca a un alcalde o coloca una bomba?”, preguntó. Amar solicitó una nueva reunión con la presencia del jefe de la Policía, Danny Levy, y el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir.
Amar describió un panorama sombrío en la sociedad árabe, donde “la seguridad personal es nula” y los ciudadanos temen salir de sus hogares. Criticó la inacción policial y afirmó que la falta de resolución de asesinatos fomenta más violencia. “Cada caso sin resolver invita al próximo crimen”, sentenció, lamentando que el aumento constante de víctimas ya no sorprenda porque “el número cambia a diario”.