Avera Mengistu, liberado a principios de año tras más de una década como rehén de Hamás en la Franja de Gaza, recibió el alta médica el martes tras permanecer cinco meses hospitalizado. El tratamiento se llevó a cabo en el Hospital Ichilov, donde fue atendido de forma intensiva en las áreas física y psiquiátrica. Su familia informó que sería trasladado a una vivienda protegida adaptada a sus necesidades específicas.
La hermana de Mengistu, Alemnesh, expresó a través de un comunicado: “Todavía no puedo creer que esté aquí con nosotros”. Añadió que se sentía orgullosa del proceso que atravesó su hermano desde su regreso, el cual calificó como difícil, pero significativo. Según afirmó, el proceso de recuperación había sido profundo.
En 2014, Mengistu, de 38 años, cruzó por iniciativa propia a la Franja de Gaza mientras atravesaba un episodio de inestabilidad mental. Poco después de ingresar al enclave, Hamás lo detuvo. La organización terrorista aseguró que se trataba de un soldado israelí, pese a que nunca había sido reclutado, ya que en 2003 fue declarado no apto para el servicio militar por razones médicas.
Durante años se intentó negociar su liberación mediante canales intermitentes, sin éxito. Finalmente, en febrero de este año, Mengistu fue liberado junto a otros rehenes en el marco de un acuerdo que incluyó un alto el fuego y el intercambio de prisioneros. En total, permaneció 3.821 días en cautiverio.
Tras su liberación, el Hospital Ichilov lo internó para un tratamiento multidisciplinario. El martes, la familia agradeció públicamente al centro médico y a su equipo de salud mental por la atención recibida durante los últimos meses. Alemnesh declaró: “Gracias a ellos, ahora puede ser dado de alta del hospital y mudarse a una vivienda adaptada a sus necesidades”.
También expresó que el trato recibido representó un paso fundamental en el proceso de reintegración de su hermano. Según dijo, este apoyo permitió reducir la distancia entre el periodo de cautiverio y su retorno a una condición más estable, tanto en el plano físico como mental, lo que facilitaría su integración en la comunidad.
Mengistu, al recibir el alta, manifestó entusiasmo respecto a la nueva etapa que inicia, de acuerdo con las palabras transmitidas por su familia. Asimismo, agradecieron a quienes promovieron su causa durante los años de cautiverio, así como a quienes continúan brindándole apoyo desde su regreso.
Originario de Ashkelon, Mengistu pertenece a una familia etíope-israelí de clase trabajadora. Durante su reclusión, sus allegados enfrentaron dificultades para obtener respaldo público o ejercer presión sobre el gobierno con el objetivo de facilitar su liberación. Algunos miembros de la familia denunciaron discriminación racial y compararon su caso con el del soldado Gilad Shalit, quien fue liberado en 2011 a cambio de más de mil terroristas palestinos presos.