El viaje de una fotógrafa y bloguera colombiana en su Mercedes Benz clásico ha llegado a un abrupto final, luego de que un accidente automovilístico en Judea la dejó seriamente herida y el objeto de coleccionista de casi 60 años de edad en ruinas.
Ana Lucia Pérez, de 59 años, fue hospitalizada en Jerusalén luego de una colisión frontal frente al asentamiento de Kfar Adumim el viernes pasado, según un informe del diario Yedioth Ahronoth. El choque dejó a otras dos personas ligeramente heridas.
Según el periódico, Pérez condujo a través de Sudamérica; de Corea del Sur a través de Rusia; así como a través de numerosos otros países de Europa y Oriente Medio, incluidos Islandia, Polonia, República Checa, Finlandia, Azerbaiyán, Turquía y Grecia.
Sus fotografías y viajes están documentados en una página de Instagram y Facebook llamada “Lucane and Merce”, esta última un apodo para el Mercedes de 1960.
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El 25 de diciembre, envió su auto al puerto de Haifa para continuar su viaje.
“En el cruce de Kfar Adumim, recuerdo que giré a la izquierda hacia Jerusalén, cuando de repente un automóvil se me acercó. No vi luces ni nada que señalara su llegada”, le dijo a Yedioth en el artículo en idioma hebreo. “Me golpearon fuerte y desde entonces no recuerdo nada”.
Las fotografías de la escena mostraban que el icónico coche de coleccionista estaba casi destruido casi por completo.
Las carreteras de Judea y Samaria pueden ser muy peligrosas, con una mayor proporción de muertes que en las carreteras dentro de la Línea Verde. La mayoría de las carreteras son un solo carril en cada dirección sin divisiones y plagadas de conductores imprudentes y poco cumplimiento a las reglas de tránsito.
No hubo detalles inmediatos sobre el auto y el conductor que la golpearon.
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“El auto me salvó de la muerte”, dijo. “Contiene mayores cantidades de metal que los autos nuevos, y esto me protegió durante el accidente. Los médicos dijeron que es un milagro que pueda caminar”.
Le dijo al periódico que, si bien estaba agradecida de estar viva, el daño al automóvil, que compró hace 30 años por $ 1,500, coincidiendo con el nacimiento de su hijo mayor, fue devastador.
“Este auto es muy querido para mi corazón, hemos pasado por innumerables experiencias juntas”, se lamentó.
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