Cientos de personas se concentraron por segundo día consecutivo junto a la valla fronteriza que separa Israel y Siria, cerca de la ciudad drusa israelí de Majdal Shams, en los Altos del Golán. El objetivo principal fue intentar reunirse con familiares ubicados al otro lado de la frontera, en medio de un ambiente de tensión moderada y presencia militar en la zona.
Un hombre que ingresó desde Siria el día anterior manifestó su intención de permanecer en Israel y no regresar. En ese momento sostenía a su hijo pequeño, quien lo acompañó durante el cruce. Las fuerzas de seguridad israelíes, compuestas por soldados y policías, permanecieron en las inmediaciones de la valla, aunque la mayoría adoptó una actitud no intervencionista.
Durante los encuentros, numerosos participantes se abrazaron y lloraron al reencontrarse con familiares. Una joven declaró: “Acabo de conocer a mi tío” y agregó: “Tenemos que cuidarlos”, al referirse a los drusos bajo amenaza por parte de las fuerzas del régimen sirio.
Sham Hassoun permaneció sentada cerca de la valla, con un vendaje visible en la pierna. Afirmó haberse lesionado el día anterior al correr hacia territorio sirio para encontrar a su tío, residente en Hader, ciudad drusa cercana. Según relató, ambos se encontraron y cruzaron juntos hacia Israel.
Algunas mujeres reunidas expresaron su deseo de que sus familiares en Hader también pudieran ingresar a Israel. Sin embargo, las autoridades no confirmaron si permitirán nuevos cruces. El ejército israelí declaró que impide el ingreso a Siria de personas que residen en Israel. A pesar de esta política, un hombre mayor llamado Shufi Hikmat expresó su esperanza de visitar Hader: “Solo para ver”, dijo.