Un vehículo cargado de explosivos fue neutralizado en las inmediaciones del asentamiento de Ateret, en Judea y Samaria, durante la madrugada de hoy, según informó el Consejo Regional de Binyamin. El vehículo estaba vinculado a dos bombonas de gas y un mecanismo de activación. Las fuerzas de seguridad desactivaron el explosivo alrededor de las 4:30 am, evitando una potencial tragedia.
Israel Gantz, jefe del Consejo Regional de Binyamin, calificó lo ocurrido como un “gran milagro” que evitó un ataque terrorista mortal en la región. Gantz subrayó la necesidad de una respuesta militar contundente al terrorismo en Judea y Samaria, comparándola con las operaciones llevadas a cabo en Gaza y Rafah. Propuso la evacuación de la población palestina y la destrucción de infraestructuras vinculadas al terrorismo.
El viernes pasado, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que abatieron a dos terroristas palestinos responsables de ataques con coches bomba en la región de Gush Etzion, también en Judea y Samaria. El primer incidente se registró en una gasolinera cerca del cruce de Gush Etzion, donde un coche explotó.
Las tropas israelíes respondieron abriendo fuego contra un atacante que intentó agredirlas tras llegar en el vehículo. Dos hombres resultaron heridos, uno de ellos de gravedad moderada y otro de levedad, posiblemente por disparos accidentales de las fuerzas israelíes.
En otro incidente, un palestino embistió la entrada del asentamiento de Karmei Tzur con su vehículo. Las FDI dispararon al agresor, mientras que un guardia de seguridad local lo atropelló con su propio coche, causándole la muerte. El coche del agresor estalló posteriormente debido a una bomba en su interior, y el guardia resultó herido levemente.
En un evento separado, tres agentes de la policía israelí murieron en un tiroteo cerca de Tarqumiyah, al sur de Judea y Samaria. Los muertos fueron identificados como el inspector jefe Arik Ben Eliyahu, el sargento de comando mayor Hadas Branch y el primer sargento Roni Shakuri. El ataque tuvo lugar en la Ruta 35, cuando terroristas palestinos dispararon contra un vehículo policial y luego huyeron.
Hamás elogió el ataque mortal, describiéndolo como una “heroica operación de resistencia”. Aunque el grupo no se atribuyó la autoría, justificó el atentado como una respuesta a lo que considera una “guerra genocida” en Gaza y los “crímenes sionistas” en Judea y Samaria. Hamás hizo un llamado a los residentes de la zona para obstruir las rutas de los colonos israelíes y a que quienes posean armas ataquen a los “ocupantes”.
Desde el lugar del atentado, el ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, hizo un llamado a la acción preventiva para evitar un ataque similar al del 7 de octubre. Smotrich, figura de la extrema derecha, destacó la necesidad de una ofensiva contra el terrorismo, asegurando que las amenazas en Gaza, Judea, Samaria y Líbano son parte de un “círculo de estrangulamiento iraní” que debe ser confrontado inmediatamente.