A pesar del deseo de un retorno completo a la rutina en el otoño, ya que las escuelas cerraron esta semana y se abrieron los campamentos de verano, el Ministerio de Educación difundió a los administradores la primera parte de un plan estratégico sobre el coronavirus para el próximo periodo escolar.
“El análisis de la realidad actual requiere que nos preparemos para un año escolar a la sombra del coronavirus”, escribió el exdirector general del Ministerio de Educación, Shmuel Abuhav, quien preparó el informe mientras se preparaba para dejar su cargo.
El plan exige que las escuelas se preparen para tres escenarios: un cierre total, cerrar todas las escuelas o una sola escuela debido a la infección; un modelo integrado, combinando el aprendizaje a distancia y presencial; y una “rutina de coronavirus”, operar las escuelas bajo la lista completa de directivas del Ministerio de Salud.
“El sistema experimentó todos estos escenarios el año pasado”, escribió Abuhav. “Hemos recorrido este camino y ahora tenemos que aprender, mejorar y planificar basándonos en esa experiencia. Somos conscientes de las limitaciones de tiempo”.
En el documento se pide a las escuelas que planifiquen para ser flexibles en el 2020 y que comprendan que, a diferencia de los años anteriores, las directrices no se publicarán en un solo documento, sino que podrían extenderse a lo largo del tiempo a través de varias plataformas.
Como parte del proceso de planificación flexible para el próximo año escolar, el ministerio pide a las escuelas que: 1) identifiquen las lecciones aprendidas de la primera ola del virus, 2) identifiquen los puntos fuertes y las áreas de mejora y 3) identifiquen los mecanismos de trabajo y los procesos que requieren diseño o mejora.
“Mapear las brechas en las habilidades de los estudiantes, los hábitos de aprendizaje y los niveles de conocimiento para crear un programa que pueda funcionar el próximo año”, instruye el documento. “Afilen la brújula de la escuela, priorizando los objetivos principales de la esta. Preparen varios escenarios y creen planes de acción para cada uno de ellos”.
Al mismo tiempo, recomienda que se evalúe la capacidad del personal docente, incluida su competencia en el uso de herramientas digitales para la enseñanza a distancia y su capacidad para manejar los desafíos emocionales de la enseñanza a la sombra del coronavirus.
“El ministerio se ha estado preparando para un conjunto completo de herramientas de desarrollo profesional en línea”, señala el informe.
Por último, hace un llamado a las escuelas para que elaboren un plan de comunicación entre la escuela y los padres.
Incluso si se instituye la educación a distancia, las escuelas deberán mantener un mínimo de horas de aprendizaje por día y por semana en todas las materias. El ministerio dividió el plan de estudios en grupos por tipo de escuela: laica, religiosa, árabe y drusa. El contenido del currículo obligatorio o básico constituye el 70% de los estudios, con el otro 30% para las materias de enriquecimiento.
Por ejemplo, los estudiantes de la escuela primaria laica deben aprender entre 29 y 32 horas por semana dependiendo del grado. En primer grado, 15 horas deben dedicarse a la lengua, el patrimonio, la sociedad y el espíritu. Ocho horas deben dedicarse a la cultura y el estilo de vida y seis a las matemáticas y la ciencia. Existe un desglose similar para los alumnos de primer grado de religión, salvo que en esas escuelas se deben asignar cinco horas a los estudios judíos, reduciendo los estudios de lengua, patrimonio, sociedad y espíritu a 12 horas y los de cultura y estilo de vida a seis.
Por último, el Ministerio informa que “el mantenimiento de la salud y el bienestar de los estudiantes en el sistema educativo es un elemento clave de la educación a distancia”, que debe destacarse especialmente durante el período de coronavirus. “Se debe hacer un especial hincapié en la conducta cotidiana y las rutinas escolares”, concluye el informe.