Los cielos de Israel podrían volver a abrirse a mediados de enero, según ha declarado el comité de expertos que asesora al Ministerio de Sanidad sobre la pandemia de coronavirus.
El comité, dirigido por el profesor Ran Balicer, se reunió la semana pasada y revisó una serie de restricciones clave, entre ellas las del aeropuerto Ben-Gurion.
El aeropuerto del país ha sido cerrado a los extranjeros desde que se descubrió el primer caso de Ómicron en Israel el mes pasado. Además, más de 50 países tienen la etiqueta roja, lo que significa que los israelíes no pueden visitarlos sin un permiso especial.
“La tasa de morbilidad de Ómicron en la comunidad -en aquellos que no regresaron del extranjero y sus contactos directos- está aumentando”, determinaron los expertos. “La continuidad de las restricciones aéreas sólo es pertinente mientras no haya una infección generalizada por Ómicron en la comunidad”.
El equipo afirmó que la decisión de cerrar los cielos se demostró correcta y permitió a Israel ganar un tiempo precioso para aumentar la vacunación, comprar medicamentos que podrían salvar vidas y permitir que la economía funcione plenamente.

La campaña de vacunación infantil, en concreto, ha aumentado en las últimas semanas. Hasta la fecha, el 10% de los niños que acaban de cumplir cinco años este año y el 17% de los niños de 6 a 11 años se han vacunado.
Además, Israel ha comprado miles de dosis de los tratamientos antivirales orales de Merck y Pfizer, destinados a impedir que la infección evolucione hacia una enfermedad grave. Se ha comprobado que la píldora de Pfizer reduce la hospitalización hasta en un 90%.
Los expertos dijeron que “en una semana y como máximo dos” se espera una infección generalizada de Ómicron en Israel, más allá de los casos “importados del extranjero”.
“Nos acercamos rápidamente al punto en que esta política [aeroportuaria] dejará de ser beneficiosa debido al rápido aumento de la propagación local de la cepa Ómicron. Hay que prepararse para su supresión”, dijeron.