Transcripciones sugieren que Yifat Tomer-Yerushalmi aprobó una filtración y dijo no recordar su paradero ni su teléfono. La pesquisa ya incluye más sospechosos.
Nuevos detalles sobre desaparición y primer interrogatorio policial
Un día después de que la exabogada general militar Yifat Tomer-Yerushalmi desapareció durante horas y luego fue arrestada, el lunes aparecieron más detalles sobre la supuesta filtración de un video clasificado y sobre su respuesta al primer interrogatorio. Según una transcripción difundida por Canal 12, ella afirmó que no recordaba partes clave del tiempo en que estuvo ausente el domingo ni el destino de su teléfono celular.
La transcripción señaló que la desaparición ocurrió cuando se temía por su vida. La policía sospecha que ella arrojó su teléfono de forma intencional. Al mismo tiempo, otra transcripción de un intercambio por mensaje de texto del año pasado la presentó como quien dio el visto bueno a la filtración. Ese material reforzó dudas sobre su conducta y sobre eventuales intentos de eliminar evidencia relevante.
Durante el interrogatorio, la policía preguntó adónde fue durante el lapso sin paradero, qué ocurrió con su teléfono y desde qué dispositivo llamó a su esposo, llamada que permitió ubicarla. Ella respondió que no podía recordar, que se sentía confundida y que no era consciente de lo que ocurría. Dijo que no tenía idea sobre el teléfono y agregó que podría haber caído al mar.
El domingo desapareció durante horas, abandonó su automóvil y dejó lo que parecía una nota de suicidio. Ese conjunto de hechos activó una búsqueda masiva a lo largo de la playa cerca de Tel Aviv. La localizaron con vida, pero el teléfono no apareció. El lunes, un tribunal ordenó que ella y el coronel Matan Solomosh permanecieran detenidos hasta el miércoles, mientras la policía indicó riesgo de obstrucción.

Claves del caso en transcripciones y búsqueda oficial
- Dijo no recordar paradero, acciones ni destino del teléfono durante el lapso sin contacto.
- La llamada a su esposo permitió ubicarla y concluir la búsqueda en la playa.
- La policía sospecha que el teléfono cayó al mar y evalúa destrucción de evidencia.
- Un tribunal ordenó detención de Tomer-Yerushalmi y de Matan Solomosh hasta el miércoles.
Origen de la pesquisa y aprobación de la filtración en chat grupal
El origen de la pesquisa que llevó a la confesión de la filtración se atribuye a una prueba rutinaria de detector de mentiras del Shin Bet aplicada a un oficial de la oficina del Fiscal general Militar, según el portavoz de la unidad. En esa instancia, el portavoz reveló el contenido de un chat grupal de WhatsApp en el que Tomer-Yerushalmi aprobó la filtración, de acuerdo con la emisora pública Kan.
La filtración siguió a duras críticas de políticos, incluido el primer ministro Benjamin Netanyahu, contra Tomer-Yerushalmi por el arresto de los soldados presuntamente implicados en el abuso. En el chat grupal, siete oficiales de la Oficina del Fiscal general Militar evaluaron distintas respuestas a esas críticas. Uno expresó la expectativa de que “pasara la tormenta” y sostuvo que la situación podría calmarse sin acciones adicionales.

Kan informó que en el chat circularon dos opciones: una “sesión informativa silenciosa” para explicar a periodistas la posición del MAG o una “filtración dirigida”. Tomer-Yerushalmi optó por la segunda opción y sostuvo que una sesión informativa no tendría la misma influencia. En el marco de una filtración, Kan la citó con la frase: “Ahora tomamos esto en nuestras propias manos”. Esa definición fijó el curso elegido por el grupo.
La semana pasada, Tomer-Yerushalmi renunció como abogada general militar y admitió que el año pasado filtró un video que mostró el grave abuso de un detenido en el centro de detención militar Sde Teiman de las FDI. La admisión reforzó la validez de las transcripciones mencionadas. A la vez, la policía investiga a dos sospechosos más de la oficina del MAG, además de Tomer-Yerushalmi y de Solomosh, también detenido.
Repercusiones políticas y alcance institucional del escándalo en Israel
Las críticas de sectores continuaron en los últimos días. El lunes por la noche, aficionados del club de fútbol Beitar Jerusalem, muchos de cuyos seguidores se declaran incondicionales, colocaron en su estadio una pancarta con la imagen de Tomer-Yerushalmi con uniforme de Hamás y pidieron el arresto del reportero que recibió las imágenes filtradas, Guy Peleg, del Canal 12. Ese episodio ilustró el clima de hostilidad que rodea el caso.

El escándalo también alcanzó a la fiscal general Gali Baharav-Miara, objeto habitual de cuestionamientos de miembros de la coalición de Netanyahu. En septiembre, su oficina afirmó en una presentación judicial sobre la filtración que la investigación se agotó y que no se necesitaban más acciones de investigación. Ese antecedente abrió dudas sobre el alcance de la revisión interna y sobre posibles omisiones.
El ministro de Justicia, Yariv Levin, ya intentó impedir la participación de Baharav-Miara en la investigación sobre Tomer-Yerushalmi. Según el Canal 12, esa evaluación ahora se extiende a la oficina del fiscal del Estado, donde existe preocupación por un posible conflicto de intereses. Si la pesquisa profundiza en las razones de aquella conclusión, podría surgir un escenario en el que ella deba comparecer como testigo.
Kan también informó que la oficina del MAG, en medio del escándalo, intenta preservar su reputación. El general de brigada Roni Katzir, el oficial de mayor rango del departamento, señaló que la mayoría de los líderes de la oficina no quedaron implicados en el asunto y advirtió que resulta muy peligroso tomar este mal evento y manchar a toda la unidad. Sin embargo, fuentes del departamento prevén el reemplazo de todo el liderazgo.
