Envuelto en una bandera israelí, el rehén liberado Evyatar David regresa del hospital a su hogar en Kfar Saba, donde la calle está llena de vecinos y amigos que celebran su llegada con vítores.
Los residentes bailan en la vía, entonan “Am Israel Jai” y levantan sus teléfonos móviles para registrar el momento.
David y su familia arriban en una furgoneta escoltada por agentes de policía local que intentan despejar la zona para permitir el avance del convoy.
Desde el interior del vehículo, David saluda y lanza besos a los vecinos, mientras ellos colocan globos en la camioneta que avanza lentamente y arrojan ramos de flores por las ventanas abiertas.
La policía lo acompaña a través de la multitud hasta el edificio donde reside su familia.
Pocos minutos después, el exprimer ministro Naftali Bennett llega para saludarlo. La multitud permanece en el lugar, baila y ondea banderas israelíes en medio de la celebración vecinal.
