La valla de seguridad cerca del puesto de control de Qalandiya y del barrio de Neve Yaakov, en el norte de Jerusalén, se ha convertido en un importante punto de fricción debido a las infiltraciones de árabes de la Autoridad Palestina (AP) en territorio israelí.
Una fuente de seguridad informó a Yedioth Aharonoth que en la actualidad se producen unas 6.000 infiltraciones semanales a través de brechas en la barrera, frente a las 3.000 registradas antes de la guerra. Una parte significativa de los atentados terroristas perpetrados en el Israel previo a 1967 se ha visto influida por estas infiltraciones.
Según el informe, los árabes de la Autoridad Palestina utilizan intermediarios para entrar en Israel, por lo que pagan entre 300 y 600 shekels por este servicio. El método de infiltración consiste en atravesar la barrera y cruzar al otro lado, donde un conductor los espera para trasladarlos a su destino.
Las fuerzas de seguridad intentan abordar este preocupante fenómeno mediante emboscadas permanentes para capturar a los infiltrados. Desde el inicio de la guerra, se ha promulgado una orden temporal que autoriza a las fuerzas de seguridad a disparar contra los infiltrados que crucen la barrera, especialmente en la parte inferior del cuerpo, con el fin de controlar la situación. El martes, el contralor estatal Matanyahu Engelman publicó un extenso informe de auditoría que examina la eficacia de la barrera de la Línea de Costura y de los cruces en el sector del perímetro de Jerusalén.
El informe señala graves deficiencias en la seguridad, las operaciones y la implementación de decisiones gubernamentales a lo largo de muchos años. La auditoría evaluó la preparación operativa de las autoridades responsables, en particular a la luz de la masacre del 7 de octubre y de la Guerra de las Espadas de Hierro.
Según el informe, de los varios cientos de kilómetros del trazado de la línea de separación, solo el 61 % cuenta con una barrera física. En otras zonas aún existen aberturas significativas que permiten el paso de palestinos sin inspección. En algunos lugares, entre ellos tramos de 11 kilómetros en una ruta y de seis kilómetros en otra, no existe ningún obstáculo, lo que representa, según el Contralor, un riesgo considerable de infiltración terrorista.
Entre las deficiencias adicionales se incluyen la ausencia de un concepto operativo regulado para los cruces, la falta de implementación de decisiones gubernamentales clave sobre su gestión civil y la respuesta inadecuada del Shin Bet a las recomendaciones profesionales. A pesar de una decisión del primer ministro adoptada en 2005, hasta la fecha no se ha completado la civilización de ningún cruce en el sector perimetral de Jerusalén.
El informe indica además que la Policía de Israel ha operado los cruces durante dos décadas sin una doctrina operativa formal ni un mando permanente. De los 16 cruces del sector, solo dos están supervisados por comandantes con autorización formal. Engelman advirtió que esta situación genera graves deficiencias de seguridad y socava la coordinación entre las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), la policía, la Guardia Fronteriza y el personal de seguridad civil.
A nivel operativo, la auditoría reveló que las fuerzas de la Guardia Fronteriza fueron desviadas de las misiones rutinarias de seguridad en la zona hacia otras tareas, lo que debilitó la respuesta general a lo largo de la línea de separación. Además, las lagunas en la comunicación entre las FDI y la policía sobre incidentes de infiltración evidencian una respuesta parcial y descoordinada.
El Contralor también identificó deficiencias de infraestructura, escasez de personal, equipos de inspección inadecuados y fallas en la coordinación interministerial. Un ejemplo citado fue el retraso en la apertura de la carretera de hundimiento en el cruce de Qalandiya, causado por disputas entre el Ministerio de Transporte y la policía.
Entre las recomendaciones de Engelman figuran completar el proceso de civilización de los cruces, establecer una doctrina policial clara, mejorar el intercambio de información de inteligencia entre todas las agencias pertinentes e instalar de inmediato barreras en las zonas con aberturas. El informe también exige una reevaluación del trazado de la barrera de acuerdo con evaluaciones de amenazas actualizadas.
