Familiares de los rehenes israelíes retenidos por Hamás se congregaron cerca de la valla de Gaza el jueves. Se turnaban para expresar mensajes de amor y apoyo a través de un micrófono, con la esperanza de que sus seres queridos cautivos pudieran escucharlos.
Los terroristas de Hamás invadieron el sur de Israel desde Gaza el 7 de octubre y tomaron como rehenes a 240 personas de todas las edades. Más de 130 de ellos continúan en cautiverio en el enclave palestino, que sufre bombardeos diarios por parte de las fuerzas israelíes, según los informes de las autoridades israelíes.
“Omer, ¿puedes oírnos? Somos Ima y Aba”, gritó Orna Neutra, madre de Omer Neutra, un rehén de 22 años, utilizando las palabras hebreas para mamá y papá. “Estamos aquí. Estamos muy cerca de ti. Luchamos por ti todos los días”, agregó, con la voz quebrada por la emoción, sosteniendo una pancarta con la foto de su hijo.
Los familiares y amigos de los rehenes se congregaron en la parte trasera de un camión, donde un micrófono estaba conectado a un sistema de amplificación. Sostenían fotografías de sus seres queridos y se pasaban el micrófono de uno a otro.
Traer de vuelta a los rehenes a sus hogares es uno de los objetivos declarados de Israel en su conflicto en Gaza. Las imágenes de los rehenes se pueden ver en toda la nación, en paredes, paradas de autobús y fachadas de tiendas, lo que refleja la profunda emotividad que suscita este tema en la sociedad israelí.
A pesar de los incansables esfuerzos de las familias, la sensación de que el tiempo avanza mientras la atención internacional se desplaza hacia otros lugares ha aumentado su angustia, ya que las esperanzas de un acuerdo que garantice la liberación de los rehenes se desvanecen.
Una mujer en la valla se dirigió al líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, instándolo a liberar a Oded Lifshitz, de 83 años, cuya esposa Yocheved Lifshitz, de 85, fue liberada en octubre después de dos semanas de cautiverio. Esta pareja era conocida por su activismo en favor de la paz y por ayudar a palestinos enfermos de Gaza a acceder a hospitales en Israel para recibir tratamiento.
“Sinwar, Oded Lifshitz es un verdadero amigo del pueblo palestino. Sinwar, trae a Oded Lifshitz de vuelta a casa ahora”, clamaba la mujer mientras mostraba una foto del anciano rehén.
Otra mujer gritó los nombres de varios miembros del kibutz Kfar Aza, uno de los lugares más afectados por los ataques del 7 de octubre. “¡Por Gali Berman, vuelve a casa Gali! A Ziv Berman, ¡vuelve a casa, Ziv! Por Keith Segal, ¡vuelve a casa Keith! Por Emily Damari, ¡vuelve a casa Emily!”, exclamó.
“No nos detendremos ni retrocederemos hasta que todos regresen a casa. ¡Todos! ¡Todos! ¡Todos!”, reafirmó con determinación.
Los terroristas de Hamás irrumpieron en la valla de Gaza el 7 de octubre, devastando kibutzim y aldeas, y tomando rehenes. La cifra de 1.200 israelíes muertos en ese trágico día marcó la peor pérdida de vidas judías en una sola jornada desde el Holocausto.