En la ceremonia conmemorativa de las familias de las víctimas en el parque Yarkon de Tel Aviv, la cámara enfoca los rostros doloridos de las familias y tres pantallas gigantes muestran un recorrido por los nombres de todos los asesinados el 7 de octubre y en los meses transcurridos desde el ataque terrorista de Hamas.
Los anfitriones Hanoch Daum y Rotem Sela abren la ceremonia y cuentan algunas historias de los caídos. El padre de Tzvi Granot, un soldado que cayó combatiendo, recita el Kaddish, la oración de los dolientes, para los allí reunidos.
Familiares en duelo, evacuados y familiares de rehenes aparecen en videos grabados, hablando en verso sobre lo que les sucedió el 7 de octubre.
Or Gat, el hijo de Kinneret Gat, quien fue asesinado en el Kibutz Be’eri y el hermano menor de Carmel Gat, quien fue tomado como rehén y asesinado en cautiverio, habla en un video sobre su hermana mayor.
“No debería haber sucedido”, dice. “Ella llegó a tanta gente, no debería haber sucedido”. Gat dice que encuentra cierto consuelo en los miembros de la familia que regresaron, su otro hermano y sobrina que escaparon de los terroristas y su cuñada, que fue tomada como rehén y liberada a fines de noviembre.
Las grabaciones y las historias se intercalan con canciones cantadas por artistas israelíes, entre ellos Gali Atari y Corin Allal, que cantan “Ein li eretz aheret”, “No tengo otra tierra”, mientras se ve a miembros de la audiencia que visten camisetas con la leyenda Bring Them Home o camisetas estampadas con los rostros de sus seres queridos, pronunciando las palabras.
Allal toca su guitarra acústica en un doloroso dueto y las fotos pasan por las pantallas mostrando imágenes del último año.
“No tengo otra patria, aunque mi tierra arda”, cantan las dos mujeres. A las dos les sigue Rita, que canta: “Un día, sin que nos demos cuenta, algo cambiará, algo se calmará en nuestro interior”.