Una delegación de familias de rehenes israelíes se reunió este martes en la Casa Blanca con Steve Witkoff, enviado especial de Estados Unidos para Oriente Medio, Howard Lutnick, secretario de Comercio, Karoline Leavitt, secretaria de prensa, y Susie Wiles, jefa de gabinete. El encuentro abordó la situación de los rehenes retenidos y las negociaciones en curso.
El grupo israelí incluyó a Tal Shoham, exrehén, familiares de Guy Gilboa Dalal, los padres de Evyatar David y los padres de Omer Neutra, rehén asesinado. La delegación expresó sus preocupaciones y demandas sobre la liberación de los cautivos.
“Wiles, Leavitt y Witkoff manifestaron su apoyo incondicional a las familias y confirmaron el compromiso total de la administración Trump para lograr la liberación de los 58 rehenes. Aseguraron que no cesarán sus esfuerzos hasta que todos regresen a sus hogares”, afirmó un comunicado del Foro de Familias de Rehenes.
Los funcionarios también condenaron el reciente ataque terrorista en Colorado, ocurrido durante una marcha de apoyo a los rehenes. Expresaron su rechazo absoluto a la violencia, destacaron que no tiene cabida en territorio estadounidense y ofrecieron su respaldo a las víctimas y afectados, según el comunicado.
“Nos comprometemos plenamente a garantizar la liberación de todos los rehenes. Consideramos que su retorno es crucial por razones humanitarias y morales, además de ser un paso esencial para la estabilidad en la región”, declaró Leavitt en otro comunicado. También señaló que la reunión de marzo entre el presidente Trump y sobrevivientes del cautiverio fortaleció su determinación para resolver la crisis.
El encuentro ocurrió en un contexto de estancamiento en las negociaciones entre Israel y Hamás para alcanzar un alto el fuego y la liberación de rehenes. Hamás anunció el lunes su disposición a iniciar conversaciones indirectas de inmediato para resolver las diferencias pendientes, tras críticas de Witkoff a la propuesta presentada por el grupo el domingo, la cual, según el enviado, dificultó el avance.
El principal obstáculo radica en la duración de la tregua propuesta. Israel busca flexibilidad para reanudar hostilidades tras el cese temporal, mientras Hamás exige garantías de que el alto el fuego será permanente, lo que genera tensiones en las negociaciones mediadas por la administración Trump.